31 de mayo de 2022

Círculos de tierra

"Por esta vez, dejaré de agobiarte"


Pero si no se te ocurre nada, podríamos ir al valle aquel,
que tu mirada me causa una cosita en el corazón.
No me dejes hoy, déjame mañana. 



"Déjala entrar, que quiere volver a verte."


Pero si no se te ocurre nada, deja que te mire, perderme en tu espalda.


Del rincón más oscuro de mí misma han salido siempre las estrellas más brillantes: Buru, Yaza, Verethraqna. Me atrevería a decir que incluso Ramin y Arzu. Me haríais un favor si hoy vinieseis vosotros a buscarme.  

28 de mayo de 2022

27 de mayo de 2022

Tu cielo y tu fuego

Esta última semana no he sido yo.

Mi cabeza ha cogido un resfriado tremendo, y la verdad es que he tenido momentos increíblemente oscuros. De auténtica agonía, de dolor, de hacerme daño. No entiendo muy bien qué le pasa, pero lo que sí he sido capaz de entender es la paciencia, el cariño y la ternura de todos los que me rodean. Esas tres cosas he podido transmitírmelas a mí misma, y ahora que ya estoy mejor y puedo darme cuenta de hasta qué punto se me fue la olla, solo me sale suspirar.

Hay cosas que todavía me da algo de miedo pensar, pero las mantengo guardadas en un cajón. No hace falta hacerse fuertes en el dolor de forma innecesaria. Estoy orgullosa de haber podido recogerme a mí misma en los momentos malos del miércoles y del jueves, estoy orgullosa de haber tenido un buen día hoy. Tampoco es que haya que sacar la traca a la calle, pero poco a poco.

Me imaginé a mí misma hecha un ovillo en el suelo, llorando como sé que puedo llorar de desesperanza, con esa opresión en el pecho y una fina línea, el rastro del vómito, bajando por la barbilla. Me acerqué. Despacio, muy despacio, para no asustarme. Y gracias a todo el amor que sentí de los demás, pude agacharme junto a mí misma, ponerme la mano en la espalda e invitarme a abrazarme. Fuerte, muy fuerte. 

Todo va a estar bien, porque yo estoy aquí.
Voy a cuidar de ti, voy a cuidar de nosotras. 


Estaré bien. Estaremos bien. 

23 de mayo de 2022

Recuperar lo que por derecho tenía

I wanna tell you what I feel and really mean it.
I wanna shout it from the rooftops to the sky. 


Este ha sido el peor lunes en mucho, mucho tiempo. Qué loca estoy y no veas lo que llevo llorado. Pero justamente porque sola no puedo detener a mi cabeza, que ha entrado en modo EVA-01 gone wild, he hecho lo que tocaba y he pedido ayuda. No me importa si tengo que estar más tiempo en terapia, tengo que encontrar qué ha provocado esto.

Claro que me da miedo morirme, como a cualquier ser humano. Y claro que asusta pensar qué vendrá después, cómo será el momento. Pero solo puedo hacer lo que pueda por recuperar el tiempo que tengo hasta que eso llegue, porque este tiempo es mío. Es mío. No puedo malgastarlo corriendo detrás de mi cabeza, dentro del bosque congelado que es mi mente, gritándole que se ponga un abrigo porque se va a poner enferma, o que se ponga unas botas porque se va a cortar con el hielo. 

Tengo que recuperar mi tiempo. Vale, que es finito, que se me va a acabar en algún momento y tengo que vivir con eso. Pero no puedo dejar que me paralice como lo ha hecho hoy, que no me haga este daño. No puedo tenerle miedo al jinn negro del salón, hasta hace cuatro días he vivido con él en perfecta armonía. No sé qué cojones trama mi mente ni qué se esconde detrás de ese repentino "vamos a palmar" que se ha marcado. Pero vamos a conseguir llegar al fondo de esto. 

Juntas, mi cabeza, mi terapeuta, mi gente y yo. 

Tengo terapia en diez minutos y probablemente haré un edit de esto, así que nos vemos en un rato.

22 de mayo de 2022

Wrapped in black paranoia

La Muerte es un jinn negro, con los ojos brillantes, que me está mirando desde la esquina del salón. Donde está la lámpara, al lado de la ventana. Ahí está. Me mira. Hace dos días que no deja de mirarme directamente. 

Desde hace tres días tengo un pánico atroz a verme morir. A ser consciente de que el apagón es inminente, a ser consciente de que se acaba todo y pensar que mi conciencia se va a desconectar, como una máquina. Y se me revuelve el estómago, sudo, me da taquicardia, se apodera de mí un sentimiento de rebeldía salvaje que grita "no", porque no quiero morirme. Ni mañana, ni hoy, ni nunca, coño. No estoy preparada, y quizá es por eso. 
No dejo de pensar en mi abuelo, que falleció siendo consciente de que se moría, y me aterra verme en esa misma situación. En la mamá de Patata, que le dijo a su hija que ya estaba bien, que quería descansar. Y no puedo, es que no puedo. Siento que voy a vomitar cada vez que lo pienso. 

Es como si mi vida no fuera mía. Mi infancia, mi adolescencia, mi adultez; nada me pertenece. Nada ha sido real. No tengo pasado, no tengo futuro. Mi consciencia está flotando en una nube de black paranoia. La vida, la propia existencia, es confusa para mí. De repente, no entiendo nada. Nunca me había pasado tan fuerte, nunca lo había sentido todo tan "en tercera persona". Como si nada fuese mío. Lo veo todo desde un prisma distinto, como si tuviese que analizarlo desde fuera. ¿Qué pasará cuando tenga que desconectarme? ¿Es que de verdad no hay nada? ¿Es que de verdad tengo miedo a que mañana se termine todo? 

No sé hasta qué punto esto está relacionado con mi síndrome pre-menstrual o con un latigazo de emociones mal digeridas, que de repente se han hecho dueñas de mi estómago. O que estoy procesando (mal) todo el año pasado y comparándolo con mi situación actual. Y tengo tanto miedo de perder todo lo que hemos conseguido, que imagino que lo único que me lo podría arrancar todo de cuajo es morir. Morir y, encima, ser consciente de estar muriendo y que me lo están quitando todo. Y que no puedo hacer nada, porque nadie puede ante la Muerte. 

Ay, mi cabeza está fatal. 



He llamado a papá.
El viernes hablé con Bob largo y tendido.
Me siento mejor.

Pero ese jinn negro, con los ojos brillantes, sigue en la esquina del salón. 



Esta noche he soñado con mi abuela. Estaba en su casa, en la habitación del fondo, pero con la cama del hospital, con todos los cables. Juro que esta conversación ha tenido lugar, sí, en mi sueño.
"¿Qué te pasa, chata? ¿Sigues teniendo miedo a morirte?"
Y yo he respondido de broma. Como de cachondeo.
"Miedo no, pánico, abuela. Es pánico."
"¿Pero por qué, si todavía te queda mucho?"
Y yo me he vuelto a reír.
"Eso no se sabe, abuela. La muerte siempre está rondando."
Y ella, Ella, me ha dicho:
"¿Pero por qué tienes miedo, si yo estoy aquí?"

He tenido que pararme diez minutos a llorar mi vida. No creo en nada. Pero creo en Ella. 

17 de mayo de 2022

Creo que Pe se ha desmayado

Aunque no la he visto este fin de semana, está claro que se ha desmayado. La foto de Baba confirmándolo ha tardado muy poco en llegar. Qué lista es. Pero qué lista es. Casi tanto como yo, que salgo a sacar la basura y me cuesta la broma una cifra que no voy a poner, porque está estupendo reírse de las desgracias propias para asumirlas, pero no; no estamos en ese punto aún. 
Me cago en la pena negra, entre mi hermano y yo no hacemos uno bueno. 


Este fin de semana ha sido bonito. Me alegro de haber ido, y de haber pasado por Madrid (para reírme de mi hermano y que él se riese de mí al día siguiente, más que nada), para que nos acompañe el helado, la mamarrachería y nuestras conversaciones de siempre. Flacos forever, flacos together


El otro día Yun me dijo que en este No'j estaba todo "muy bien estructurado, y me dio un buen ataque de risa. Porque por cada "idea estructurada" en este blog, hay un EVA-01 gritando desesperada dentro de mi cabeza. ¿Por qué te crees que escribo, si no? 

6 de mayo de 2022

Dulces, vacías, mentiras

Someone took his life yesterday, and there is still not much we know about that.
It's been months since the last we spoke, and yet... you texted me. I've not been able to push away the question, and for two minutes the only thing I could ask myself was "why me". Why, simply. I'm betting there are more people in your life you could have thought of before me. And yet, there it was, there it is. The message, the twenty-odd minutes on the phone... and this feeling that I was talking to an acquaintance, not a friend anymore. Despite those feelings, there I've been, there I will be. Because I understand you are fucked, broken, destroyed. I understand. I get it. And thus, I shall be here. 

Still, I wanted to sit for five minutes and wonder about the strange sensation when I heard your crying voice on the other side. I could not help but tell you that I would've loved to hear that voice in completely different circumstances. Forgive this cruelty, but I wonder if, things being different, we would have spoken on the phone ever again. I am sorry, this is just what I thought. 

I am sorry you are going through this. If you might need me... well, I'll be here, of course. I like to think I always was.