28 de octubre de 2020

Sigues siendo mi héroe

Tantas cosas que no entenderé. 
Todos lo comprenden menos yo. 
Se derriten sin saber por qué... ¡como una bola de nieve al sol! 

Algo que no encaja, una pieza en el rompecabezas
que no puedo completar. 

Ahora lo veo, ahora se va. 
¿Qué quiere decir?
¿¡Qué quiere decir!?


Me apasiona esta época y me apasionas tú, Jack. 
Personaje mejor escrito no se ha visto nunca. 


Pero nunca imaginé esta locura... nunca. 
Y no lo podían comprender, ¡imposible!

Que yo solo quería para ellos lo mejor. 
Y es que todo lo que hago es un error...

Pues...

¡Me da igual! ¡Al menos lo intenté
y, por Dios, todos lo saben! ¡Triunfé!

¡El cielo estuve, ay, a punto de tocar!
¡Y de mí grandes historias recordarán!

Y por primera vez, desde hace tiempo ya, 
me he sentido otra vez
¡como un tipo genial! 

25 de octubre de 2020

Mañana ya veré

Estar dentro de mi cabeza no es fácil, y ayer va una de mis ahijadas y me dice que le encantaría ver qué pasa en mi cerebro. Ja-ja, no. No, Eri, no te gustaría. No vive solo de buenos ratos y referencias cruzadas a canciones aleatorias. 

En ti puedo ver la libertad. Tú me haces sentir que puedo volar. 

Pero tú. 
Tú estás tan acostumbrado a la niebla negra de mi mente que te imagino, con tu cara de paciencia y tu sonrisa tierna, apartándola con la mano y abriéndote paso hasta el lugar en el que estoy sentada, cabeza sobre rodillas y nube tormentosa sobre la cabeza. Es esa misma mano la que se acerca a acariciarme la espalda y la que, poco a poco y sin obligarme, me ayuda a ponerme de pie. Es esa misma mano la que me hace cosquillas y consigue que me ría. 

Por eso me pongo triste y me vencen los fantasmas. Porque esa mano no está físicamente aquí, sino en las brumas de mi cabeza. Queda poco, es cierto, pero en este momento parece que tú llevas el manejo del tiempo bastante mejor que yo. La noche no ayuda, siempre he sido una criatura de sol. Pero me acaricias la cara, me sobrepongo, me río y sigo caminando, viendo cómo te alejas de nuevo hasta la próxima vez que necesite que vengas a decirme que me quieres. 
No será eso, que necesito que me quieran mucho y que, además, me lo digan. No seré yo una exigente de cojones. 


"Laus, a ver si lo que pasa es que eres tonta."
"No descartemos posibilidades."

Te quiero. 



Y qué importará ayer, si hoy necesito arder. 



Ayer alguien me dio las gracias por ver a través de su máscara de normalidad y acertar cuando le dije que podía engañar al resto, pero que yo veía que no estaba bien. La persona dijo que se sintió aliviada. Voy a empezar a creer que de verdad tengo poderes. 

23 de octubre de 2020

Los chicles

"¿Tú quieres drama?"
"¿Que si quiero o que si tengo?"

Qué iba a hacer yo sin ti en este mundo, Flaco.

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"Aún no estamos casadas ante nadie, ¿eh?"
"¿Perdona?"
"Aer, a mí nadie me ha pedido la mano todavía."
"Ah, ¿y tengo que ser yo?"
"Aer."
"Esto es la leche. ¿Por qué tengo que ser yo la que hinque la rodilla en el suelo?"
"Titi, las dos sabemos que, en esta relación, yo soy la mujer."
"... Pues para qué te digo que no, si sí."

Ya verás el día que hinque rodilla de verdad, no vas a saber dónde meterte. 


22 de octubre de 2020

Diez

"Diez años queriéndote mucho", me dices. "Pocos me parecen."

Hemos llegado a la década juntos. Hoy hace diez años del beso más torpe y de la 'cita' más horrible de la historia de la humanidad. Hoy hace diez años que me prometiste que me convencerías, de que valía la pena salir contigo y que querías, por encima de todo, salir conmigo. Hace diez años de tu ataque de pánico, de mi ataque de pánico. Y anda que no hemos hecho cosas desde ese momento. 

Uno de los motivos de que yo esté tan orgullosa de nosotros es que nos las hemos arreglado para hacer cada año mejor que el anterior. Y eso no quiere decir que no hayamos tenido problemas; los problemas son parte del crecimiento personal. Sino que echando la vista atrás recordamos con cariño el pasado, pero nos emociona la perspectiva del futuro. Porque si así de bien lo hemos pasado estos diez años, qué nos van a traer los siguientes diez. No tengo ni idea, pero estoy deseando descubrirlo contigo.


Te quiero)

Te quiero muchísimo, Bob. Gracias por un tercio entero de mi vida a tu lado. 



Porque hace ya dos diez años me quiere a quemarropa
con la inocencia de un niño con su primera copa.
Por fuera hay que ser duro, como el asfalto.
La piel igual de fría que si fuéramos lagartos. 
La vida siempre va a destiempo, como el riff de esta canción. 

21 de octubre de 2020

Feathers

Hay silencio. Sí, para mí también es incomprensible, pero no hablamos. Solo nos quedamos mirando la una a la otra, con cara de estupefacción, y sin mediar palabra. Qué gracia, porque habitualmente ninguna sabemos callarnos. Y sin embargo ahí estamos, observándonos de pies a cabeza, sin saber exactamente si lo que tenemos delante es un reflejo exacto, un matiz, una travesura del espejo o la más absoluta de las locuras. 
Al final, soy yo la que rompe el silencio. 
"Esto... esto es muy extraño."
"Sí", admite, y ladea la cabeza. "¿Cómo... cómo funciona exactamente?"
Debo admitir que no tengo ni idea. Ella se lleva la mano a la cabeza, se rasca, ladea la cabeza hacia el otro lado. 
"Yo soy... ¿soy tú? ¿Y tú eres yo?"
Se me ocurre una broma bastante mala relacionada con APM, pero si el Flaco no está para escucharla no tiene gracia. 
"Supongo, sí."
"Pero..."
"Ya, ya sé que no tiene ningún sentido. Pero supongo que así es ahora."
Ella no parece del todo convencida, pero suspira, dándose por vencida. 
"Está bien, supongo."
Se me ocurre una forma de añadir claridad a esta extraña situación. 
"¿Cómo te llamas?", pregunto de repente. Ella arquea la ceja y pone, por supuesto, la misma cara que pondría yo. 
"Qué chorrada", dice, de una forma muy parecida a como lo diría yo. "¿No hemos dicho que yo soy tú? Pues me llamo igual que tú."
"No", insisto, "de verdad, dime cómo te llamas. ¿Cómo te llama la gente que te conoce?"
Ella frunce levemente el ceño y se lleva la mano al zulfaqar en miniatura que le cuelga del cuello. Que me cuelga del cuello. 
"Plumas", responde. "A veces, dependiendo del contexto, Par". Sonrío.
"Yo no me llamo así."
Ella arquea, esta vez, ambas cejas. Y sonríe también. 
"¿De verdad?",  susurra; yo asiento. "Qué curioso. Entonces soy un desprendimiento del original. ¿Qué parte me toca?"
"Bueno...", empiezo. "Tú tienes mejor carácter que yo. En general eres más diplomática. Ah, y te puedes vestir con la ropa que a mí se me antoje; al fin y al cabo, estás dentro de mi cabeza. Eso significa que habrá muchos abrigos de los Ilkhanes". Hace un gesto de victoria con el puño. "También puedes acariciar dragones y tienes un samovar portátil. E importa poco lo que comas, nadie te va a poner malas caras porque tienes celulitis o porque no haces deporte."
"¿Por qué llevo gafas?"
"Pues porque sin ellas no ves, tonta."
Ella resopla.
"Pues ya que estoy en tu cabeza, me podías haber quitado la miopía".
"Nah, te da personalidad. ¿Qué me dejo...? Bueno, en general tu vida es bastante más interesante que la mía. Al menos es más épica."
"Pero tú tienes a Bob", apunta con una sonrisa. Me pongo levemente roja.
"Sí, eso es verdad."
Par se lleva las manos a la cintura y me mira con curiosidad. 
"Vaya un jaleo este, ¿eh?"
"Ya te digo."
"¿Dónde empieza una y termina la otra?"
"La gracia va a estar en descubrirlo con el tiempo", respondo, y me siento en el suelo con las piernas cruzadas. Ella hace lo mismo. "De momento, te puedo dar la bienvenida a mi cabeza. No hay mucho orden, pero tampoco se está tan mal. Vas a conocer a Avani, a al-Ahmar y, si tiene un buen día y se deja caer por aquí, a Drenk."
"Espléndido", ella se sienta y se lleva la mano a la espalda, de donde aparecen su samovar, su tetera y, esta vez, dos vasos de cristal. "¿Puedo ofrecerme a mí misma un té?"
Me da la risa respondo:
"Por supuesto que sí."

15 de octubre de 2020

Demonios parecidos

Tenía tan claro que esto ya lo había escrito que me ha sorprendido bastante no encontrarlo en el archivo. Y digo "tan claro" porque es verdad. Pienso en ti cada vez que escucho esta canción. Porque además de parte de la genética, los apellidos y a la peor perra del mundo, compartimos fantasmas. Tú tienes cicatrices mucho más profundas en la piel del asfalto y la vida, con una banda negra en la muñeca que te recuerda a aquellos que has perdido. Yo tengo marcas en la piel de dolores ajenos y situaciones que no supe manejar, pero quiero pensar que lo llevo mejor. Que lo llevamos mejor. 

A ti no te gusta que te diga demasiadas veces todo lo que significas para mí, pero a ti tengo que escucharte cuando me haces quedarme hasta tarde, hasta muy tarde, y nos rodea el humo del tabaco que no me gusta que fumes. Cuando nos quedamos hablando de lo divino y lo humano en una casa que nos ha visto abrazarnos y nos ha visto apuñalarnos por la espalda. No soy mejor que tú, pero tampoco soy peor. Igual es culpa de los demonios parecidos. 

Pero siempre has estado ahí. Tus demonios, que son los tuyos, y los míos, que son los míos. Mirándose desde lados opuestos del pasillo, desde lados opuestos del mundo. Y qué. Y qué hacemos ahora, y qué hacemos con todo este humo, con esas cartas de mierda sobre la mesa y con esa conversación que nunca se acabará. 
Qué hacemos con todas esas lágrimas que cayeron de pronto con el último abrazo que nos dimos. Yo sé por qué me puse a llorar. Pero a veces revivo el momento y me pregunto por qué llorabas tú. Si fue por lo mismo, si fue por otra cosa. 

Te he querido aunque has sido la causa de mis más profundas agonías. Me has querido aunque te he apretado tan fuerte el cuello que te he impedido respirar. Espero que nos sigamos queriendo aunque seamos la causa principal de nuestra caída y nuestra muerte. Sé que nos seguiremos queriendo. Porque aunque tengo mil incertidumbres en la vida, sé que tu amor no está incluido en la lista. Me dices que yo soy tu referente, pero en qué medida no me has enseñado tú más de la vida que yo a ti de música. 
De ti he aprendido a reponerme después del dolor. A no tener paciencia cuando no toca. A esforzarme en que las cosas no me afecten tanto, a dejar de mendigar cariño por no sentirme sola. He aprendido que el rap no se ve, sino que se escucha, que una viaja al ritmo que la música marca. 

No hay más motivo para escribir estas líneas que el echarte de menos. Como todas las mañanas. Como todas las noches. Suele pasarme, pero no te lo digo. Y como sé que esto nunca lo vas a leer, es mi privilegio expresarme. Aunque quién sabe. Lo mismo volvemos a coincidir en alguna parte del mundo, bajo el mismo techo, y me vuelves a pedir que te lea diferentes entradas basadas en una fecha, en un mes, en un año. 





Y si comparto contigo
demonios parecidos.
Las noches que no estás sueño dónde van. 

Donde guardo mis miedos.
Donde muero y vuelvo a nacer.
Y a luchar no sé bien contra qué.

Y si comparto contigo
demonios parecidos. 
Las noches que no estás sueño dónde van. 

14 de octubre de 2020

Phoney

Someone take this weight out of my chest. Please. 

I can't breathe today. 



I'm addicted to the sorrow.
When the buzz ends by tomorrow
there's another rush of poison running into my veins
giving me a dose of pleasure that resides by the pain. 

I'm addicted, I'm dependant. 
Looking awesome, feeling helpless. 
And I know I'm raising cain by every highway in Hell.

13 de octubre de 2020

"Y lo que nos queda"

"Gracias por existir, Flaco."
"Calli, que plori. Gracias a ti, por todas las veces que me rescataste."
"A ver si plori yo."
"Y lo que nos queda. Aquí hay Flacoturra para rato."
"Boludos World Tour."


En esos días en que me puedan los demonios, siempre me abrazaré al pensamiento de que la vida me regaló un hermano de otra madre. Ahora que sopla un viento tan fresco que trae personas nuevas, no está de más echar la vista atrás y volver a calentarse en el abrazo de las raíces. 



Do you want to go to la playa with me? 
I'm going down-down-down there for the morning.  

11 de octubre de 2020

El pegamento y el puente

Yun se puso delante de Par de un salto y le dio un pequeño susto. No hacía mucho que se conocían y, aunque le encantaba su entusiasmo constante, aún no se acostumbraba a él. El chico tenía una sonrisa gigantesca en el rostro y todo en su expresión transmitía una gran emoción. Par se rio. 

"¿Lo estás pasando bien?", le preguntó.
"¡Sí! A eso venía, ¡muchísimas gracias por invitarme, qué ilusión!", exclamó, y regresó donde los demás conversaban. 

Par hizo más grande su sonrisa. Desde el lugar donde estaba sentada, podía verlos a todos. A todos los que habían acudido a la reunión semanal, que habían sido más de los anticipados. Además de Yun, la incorporación más joven, estaba la Princesa, perfectamente desenvuelta en ambientes sociales. Pero también la pareja del VIII, tan hermosos como siempre. Y estaba el caballero espadachín, enseñando en aquel momento sus preciados tesoros. Y la gran sorpresa, uno de los Tres absurdos, Bandi, también estaba allí con su expresión cansada pero contenta. 

Par sintió un picor en la garganta que trepó hasta sus ojos. Se había apartado un momento como parte de una broma, porque al VIII romano le encantaba recordarle que no se callaba, y eso a ella le hacía gracia, porque era verdad, pero también le daba mucha vergüenza. Así que se había tomado un tiempo muerto, en lo que se ponía otro vaso de té. 

Se dedicó a observarles y a dejar que la felicidad serena viniese a darle un abrazo. Le gustaba lo que veía, le gustaba mucho. Le encantaba ser el pegamento y el puente que uniese a personas tan fascinantes, tan instruidas, tan buenas. Tan puras y llenas de luz. Se preguntó si no debería estar más tiempo callada, si esas personas tan estupendas pensarían que hablaba más que un sacamuelas e incluso si la considerarían pesada. En su felicidad, le asaltaron las dudas y la sensación de ser, en realidad, una gran impostora. 

Pero si su mentira servía para que aquello sucediese, supuso que no estaba mal el sacrificio. Qué había hecho para merecer estar allí, en realidad no lo sabía. No recordaba haber hecho nada. No sabía si quiera si lo merecía. Aquí cada uno lidiaba con sus propios fantasmas. 

Suspiró y llenó su vaso de té. 

Cuando levantó la cabeza, se encontró con la Princesa delante de ella. 

"¿No vienes? No le hagas caso al romano, sabes que lo de que no te callas es una broma."
Par no pudo no reírse ante su preocupación. 
"Claro que voy, en cuanto me acabe el té me acerco y le digo cuatro cosas."
"¿Me puedo sentar contigo?", preguntó ella. Par asintió.
"Claro."

Se quedaron en silencio y, despacito, la Princesa se acercó y apoyó la cabeza en su hombro.

"Gracias, Par", susurró. Par ladeó la cabeza y abrió la boca para bromear diciendo que no tenía por qué darle las gracias. Entonces vio la expresión soñadora en los ojos de la princesilla, que miraba al grupo de amigos delante de ellas. Y los vio a ellos, riendo, compartiendo, creando memorias. 
Le volvió el picor a la garganta y esbozó una gran sonrisa.
"No", dijo, y le dio un trago a su té. "Gracias a vosotros."

8 de octubre de 2020

'I never knew fear'

La Princesa se está leyendo el primer borrador de Yazata. Y a mí me están bombardeando los recuerdos, las sensaciones y, por algún motivo, los momentos más tristes. Aquí con Icarus en bucle y aguantándome las ganas de llorar y dar el espectáculo. 

Pero es que... es que, joder, esta historia es mucho. Será mucho. Se lo debo a Yaza. Al resto de la peña se lo debo menos, pero también se lo debo. Han nacido del mismo lugar oscuro y recóndito de mi ser de donde nacieron Frinoé y Buru. Y solo uno de los tres está completo. No puede ser. Vendrán los tres, claro que sí. 

Me voy a poner otro té, aunque la tetera nos gotee en la oficina, que de verdad estoy en mi límite lacrimógeno. No le voy a dar el jueves a Yasmin, porque tampoco sería capaz de explicarle por qué estoy llorando exactamente. 


I never knew fear until you turned and walked away.
I never knew fear until you burned my wings away. 


No llores, Verethraqna. O... o quizá, sí. Llora. Y yo me siento a llorar contigo. 

5 de octubre de 2020

Where's the Monkey?

 "Hay gente pa' tó."

"Y luego estamos tú y yo, que somos pato la vida. Venga, cierro al salir."

"Pues deja abierto, que me salgo contigo."


Me encanta que nos sigamos encontrando en momentos diferentes de nuestras vidas. Porque fuiste/eres una persona muy importante para mí, y ahora mismo estamos lejos, pero acercándonos. Y siempre volvemos a coincidir, como las órbitas de algunos planetas. Que estés ahí me hace muy feliz, aunque no hablemos todos los días. Siempre serás mi Pianista. Nos espera siempre Zanarkand. 

Te quiero mucho y te cuido poco. Nunca más.

3 de octubre de 2020