29 de noviembre de 2014

29 de noviembre

El 29 de noviembre de 2014 pasó algo que sobrepasó todas las barreras de lo inesperado para mí. Que le dio una vuelta de tuerca a mi vida y me hizo crujir las vértebras del cuello. Algo que hizo que, a partir de esa noche, nada volviese a ser lo mismo. Un antes y un después. Un punto de inflexión. 
¿Y qué pasó? 
Que os vi. Que os tuve a menos de tres metros.
Ya está.

Keep singing this song and we can live forever. 

Empecé a escucharos con vuestro primer disco, hace cosa de seis, siete años, cuando aparecisteis en mi vida casi para salvarla. Y digo "casi" porque no fuisteis directamente los culpables de mi inyección de energía, pero tuvisteis mucho que ver. Como siempre lo habéis tenido. Para cada momento y para cada año tenéis una canción. Siento que habéis crecido conmigo; casi mejor diría que me habéis ayudado a crecer y a pensar de otra manera. Me hicisteis descubrir que a veces hay que ponerse una máscara para decir la verdad, y que eso no es un gesto de cobardes. Habéis sido en muchas ocasiones la pura esencia de mi misma, habéis dicho las palabras que yo quería decir y desde hace años que todos los días os llevo conmigo. 
Fantaseaba con ir a un concierto vuestro desde que escuché Swan Songs. Me imaginaba cómo sería poder gritar y saltar con vosotros, en directo. Y vaya, lo hice. Ya lo he hecho. De repente la fantasía fue real y el cansancio de mis circunstancias casi consigue que no disfrutase de vuestro momento. Pero allí estuve, acompañada de la persona con la que siempre quise compartiros. Con mi hermano. 

So I guess you had to leave, you were born with wings!

De repente, me di cuenta (cuando salisteis al escenario) de que me sentía como si me estuviera reencontrando con viejos amigos. Con personas a las que, de alguna manera, ya conocía desde hacía tiempo. Imagino que en parte no me equivocaba. Y es bella serenidad de la confianza... lo cierto es que me encantó sentirla. Serenidad que se esfumó en un momento en cuanto vi aparecer frente a mí, justo frente a mí, a J-Dog y su máscara blanca. Que una también tiene sus debilidades. 
Gracias por la música, gracias por estos años. Gracias por haber tenido la oportunidad de veros (aunque casi acabase físicamente conmigo en algunos momentos). Y gracias por City, California, Everywhere I go, Young. Gracias por esa oda al principio de los tiempos, a las primeras canciones, que fueron un regalo especial para mí, una manifestación del recuerdo, un flash-back para reivindicar que yo estuve ahí desde el principio, y que vosotros estaréis ahí hasta el final. 

Y, por supuesto, gracias por Bullet.
GRACIAS. Gracias por mi canción. Gracias por LA canción. 

I wish that I could fly, way up in the sky. Like a bird, so high. Oh, I might just try. 

26 de noviembre de 2014

Sigo viva

Maldita esa mirada de tus ojos negros blancos.
Maldito aquel embrujo de tu pelo negro blanco.

Porque estoy enamorada de tus ojos negros blancos.
Si no, qué. Qué iba a hacer yo sin ellos.

25 de noviembre de 2014

Alamá

Está claro que las grandes historias siempre se escriben después de un gran fracaso. O después de un gran tropiezo, un gran abismo, una gran tristeza. Mi cabeza es peligrosa y me hizo entrar en un vórtice que solo alimentaba mi soledad, mis miedos, mis fantasmas dentro y alrededor de la cabeza. Y así era imposible ver la luz, por muy fuerte que me estuviera cegando. Me he visto sola y rodeada de oscuridad, en un lugar que no conozco con una lengua que no es la mía, en un sitio donde ir a hacer la compra es sangrar por los oídos por cada penique que tienes que sacar del bolsillo. En un sitio donde rara vez sale el sol (aunque he de decir que lo he visto varias veces), y donde me vine con gente a la que no estoy segura de conocer. Un lugar en el que a la hora de la merienda ya es noche cerrada. 
Y sola, extremadamente sola. Sin ningún hombro viejo sobre el que reponerme, apoyarme para recuperar el aliento. Por una vez, el dragón ha tenido que lamerse las heridas solo. Y tanta soledad casi termina por volverlo loco. 

He estado muy cerca de rendirme. De verdad me he visto a mí misma haciendo las maletas y volviendo a casa, porque en este país de locos ni siquiera en la universidad me dejaban entrar. Me he sentido tan sola como hacía años no recordaba. Solo soy capaz de evocar un momento similar, pero no tuvo demasiado que ver porque tenía catorce años y vivía con mis padres. Los tenía cerca, los tuve cerca. Ahora no. Ahora, como les dije yo a mis niños este verano, "el lobo grande caza solo". Y madre mía. Dónde iba yo, con la cabeza llena de pájaros y una vaga idea de lo que sería cruzar el mar para afincarse en una isla. Dónde iba.

Sin embargo, ha venido a rescatarme el amor. Lo que al principio casi acaba matándome se ha transformado en la energía necesaria para remontar el vuelo, darle una patada a la mierda que tenía alrededor y a abrir las cortinas, las ventanas. Respirar. Abrir los brazos al viento y respirar. 
Mi familia, mis amigos, mi pareja. Estos días pasados me he sentido querida, respaldada, fuerte. He llorado un río más de tres veces, y me he abrazado a mi hermano porque era mi último respiradero, el último hueco por donde el oxígeno podía entrar en mis pulmones. 
He estado tan cerca de rendirme.
Pero no esta vez. El sur ha venido a darme fuerzas. Los olivos me han hecho arañazos en las palmas y casi me matan unos tacones que no estoy segura de volver a ponerme. Pero toda mi familia, toda mi gente del sur, todo ese amor me decía lo mismo: no te rindas. Nunca, jamás. Todos sabíamos que iba a ser complicado, porque nada ha salido según el plan. Pero eso no importa. No importará mientras me levante cada día con una sonrisa y la energía necesaria. Dará lo mismo que pueda estar sola si recuerdo cuánto amor, cuantísimo amor tengo en mi cuerpo, cuánta gente hermosa que me ama, que me quiere incondicionalmente. 

Vendrán más lágrimas y me cagaré en la puta muchas veces, aunque nunca volveré a darle un puñetazo a la pared. La pared siempre gana. Sé que voy a volver a llorar, pero esta vez seré consciente de cada lágrima. Y cada día que pase será uno que me lleve más cerca, a la cima, a tocar la cumbre del Alborz y a verte la cara a ti, reina, emperatriz, diosa de los cielos. 

Yo quiero, yo puedo, yo voy. 
Gracias. A todos. Por todo.
El amor será el que me empuje, y la pasión por un sueño será la que me guíe. 



Nada me detendrá, nada me hará volver la vista atrás.
Bajo rayos de sol, bajo tormentas, no me detendré. 

17 de noviembre de 2014

La pérfida Albión

Predije que lloraría y aquí me encuentro.
Llorando sobre un suelo en el que no quiero estar, llorando por una tierra a la que no quiero volver. 

Rewend turned Ayyar, y eso duele tanto. 

15 de noviembre de 2014

Piedra caliza

"A ti hoy te da, ¿eh?"
"A mí hoy me da."

Me jubilo de sentir. Me voy a metamorfosear en piedra caliza.

12 de noviembre de 2014

9 de noviembre de 2014

No voy a dejarte solo

Nunca. No importa que me lo pidas. Nunca voy a dejarte solo.
No importa lo lejos que te vayas, lo profundo que te escondas o las piedras bajo las que te entierres. Yo siempre voy a encontrarte. Porque para eso están los amigos, y los hermanos todavía están para más.
Coge el cabo que te lanzo. Por favor. Porque si nos separamos, seguro que no sobrevivimos. 
Pero si nos mantenemos juntos, todo saldrá bien.