28 de febrero de 2012

Las cosas de Avani VII

"Sí, bueno, ¿pero esos cristales luego quién los va a limpiar?", refunfuña mi Avani ibn Tahir interior, sobre la Glass House de Johnson, en Connetica.

27 de febrero de 2012

¡Robespierreeeeeeeeeee!

"Te estás ganando una hostia..."
El mejor resumen de los carnavales de Cádiz.





Gracias, Marilyn.
Atentamente y con una gran sonrisa, Colin.

25 de febrero de 2012

"Cuidado con el dragón"

Me acuerdo casi perfectamente de todo. Había un castillo, un rey déspota con una hija casi esquizofrénica que se creía un hombre, rubia, con armadura oscura y alas saliendo de la celada del yelmo. El rey tenía barba y cuernos de ciervo, creo. Merlín era un puñetero cobarde que observaba el espectáculo, muerto del miedo.
Había un laberinto excavado en las entrañas del castillo. Allí, soltaron a todos los prisioneros, y Hermes y su salvaje tropa empezaron la caza. Había que correr, y yo corría. Había que salvarse. Vi a Hermes muchas veces, con su sonrisa de loca. Había que correr entre la penumbra y la ceniza, correr, porque si llegabas al centro no ibas a ser libre, pero sí seguirías vivo. Supongo que yo llegué porque era mi sueño. Llegué al centro, y vi a Merlín mirar a una chica de la que, enseguida lo supuse, se había enamorado locamente. Tuvo suerte, porque entró al servicio de Hermes, como objeto casi personal. Aquella chica estaba marcada.
Había un teatro romano en la orilla del mar. Y allí, escondidos, dragones. Había muchos dragones con un tipo alto, casi calvo y al que le faltaba un ojo. Hermes quiso acostarse con la chica; Merlín la desnudó y se desnudó, no recuerdo bien dónde, pero terminaron amándose y siendo un solo cuerpo. Al pobre mago aquella muchacha le provocaba taquicardia, porque era mucho más valiente que él.
Escondidos, estaban los dragones. Dragones enloquecidos. Dragones que habían olvidado lo que un día fueron. O tal vez es que realmente eran así. Merlín quiso averiguarlo, para quedarse con aquella chica. Recuerdo la frase que llevó a mi mente a trazar toda esta locura. Cave canem, en un mosaico de las calles de Pompeya.
Había mucha sangre. Y muchos edificios destrozados, ruinas en general. El mar se veía. Los dragones volaban y Merlín no dejaba de darse contra las paredes, buscando algo. Hermes se volvía racional y débil, por un momento, y los dragones arrancaban cabezas en un ataque de locura.

No me acuerdo de más.

Con lo bien que me hicisteis pasarlo, ¿cómo no escribir vuestra historia?







Cave draconem.

23 de febrero de 2012

Jacob

De entre todos los hombres, eligió a los pobres desesperados.


¿Cómo imaginamos los ángeles? ¿Por qué, si son seres andróginos, tendemos a colocarles cuerpos masculinos? He visto pocos ángeles femeninos. Sólo en esas historias para adolescentes que ahora se están poniendo tan de moda y que reflejan a las deidades y a los demonios teniendo escarceos amorosos entre ellos, mientras, en mi mente, Dios y Satán arquean la ceja y se llaman por teléfono para contarse las chorradas que hacen "sus niños".
¿Cómo son los ángeles que no son cristianos? ¿Qué aspecto tienen?
Si Dios, como dice el Islam, no es forma ni cuerpo, no es tangible sino absoluto, eterno, todo, uno, ¿cómo son los ángeles musulmanes? Porque aparecen, de verdad aparecen en el Corán. ¿Y otras creencias, cómo representan a sus ángeles? Como advocaciones pequeñas de un dios mayor, de un demonio mayor.
Sí, ¿pero cómo son? ¿Cómo son?

Cuando era pequeña y me decían que tenía un ángel de la guarda, mi pequeña cabeza no sabía exactamente qué imaginar. Al crecer, construí una imagen de verdad andrógina: tenía el cabello negro y largo, iba cubierto con una túnica que dejaba poco a la imaginación, de modo que no se podían adivinar las formas de su cuerpo humano, tenía la nariz recta y los labios siempre sonrientes, los ojos claros. Estaba claramente influenciado por la figura de Gabriel, que saqué de unas películas sobre la historia de la fe cristiana; las veía a menudo porque me encantaba la canción del principio y los cuentos que me contaban. Pirámides, altas torres, civilizaciones antiguas, pasillos a oscuras, reuniones clandestinas, poderes mágicos.
Gabriel parecía un chico en esos dibujos, pero diré a su favor que yo supe que era un chico sólo por el nombre. Era complicado definir su sexo, porque muchas veces no estaba claro. De haber sido una chica, hubiera sido igualmente preciosa. Mi ángel de la guarda, paradójico en mí, no tenía alas, porque aquel dibujo del que estaba prendada tampoco las tenía. Sólo desprendía un halo brillante. ¿Cómo se me iba a ocurrir a mí que a esa persona le iban a salir alas?

A lo largo de mi vida, me he encontrado con personas que de verdad eran ángeles. Advocaciones de un dios y de un demonio mayores, porque incluso los siervos infernales se consideran ángeles caídos. Caídos, desde mi punto de vista, porque si el Cielo está arriba y el Infierno está abajo, valiente porrazo tuvieron que darse para bajar. Conozco ángeles; o quisiera decir que los conozco. Pero como no sé cómo es un ángel, nunca podré estar segura. ¿Sigo teniendo el mío? Si me miro por encima del hombro, no estoy tan segura. Sé que alguien cuida de mí constantemente, pero no sabría decir si es un ángel.
No para mí. Es mi madre, mi padre, mi abuelo, pero no sé si es un ángel.


Había vientos de maldad, mas también soplaba fresca brisa.


¿Cómo son los ángeles, Jacob? ¿Cómo era el tuyo?
Yo también siento que me peleo, en una desesperada lucha que nadie más ve. Me sucedió también que me cambiaron el nombre, y me dieron una misión. Pasó hace no mucho. Cuando cumplí los dieciocho. Me cambiaron el nombre, dejé de tener el mío para utilizar otro. No lo empleo en mi día a día, ni siquiera con la gente más cercana. Pero sé que es mi nombre; el de verdad. Hagamos un parecido con Terramar y digamos que era "mi nombre verdadero", así tendrá un poco más de sentido. Para mí lo tiene. Me cambiaron el nombre y me dieron una misión, pero no desperté. Seguí dormida, peleando contra ese ángel. Supongo que porque quien me cambió el nombre no era Dios.
El ángel con el que me peleo se parece mucho a mí. Casi diría que es idéntico. Y llevamos tanto tiempo peleando, que ya no sé por qué lo hacemos. No me acuerdo, seguro que él tampoco. ¿Él? ¿Es que es un chico? Ni idea. Si se parece a mí tiene que ser una chica, pero si es un ángel no tiene sexo, pero la palabra es masculina. No estoy segura de tener este problema de género en árabe. Le preguntaré a Sherine.

Jacob peleaba con un ángel, con su propio fantasma, en un sueño y nadie más podía verlo. Observaban que se retorcía, que convulsionaba, pero todo el mundo debió pensar que estaba soñando. Que se despertaría y todo volvería a la normalidad. A mí tampoco me ve nadie pelearme. Quedaría como una loca si me encarase con ese ángel en público para decirle todo lo que pienso. Aunque realmente no sabría qué decirle. Se me ha olvidado por qué discutíamos. Igual a él también. O se acuerda y eso le da ventaja sobre mí, por eso no me lo dice.
¿Qué aspecto tienes, ángel? ¿Por qué, si de verdad eres un ser andrógino, te pareces a mí? A veces te salen alas y te vuelves el mismo dragón rojo que soy yo misma. Te pareces mucho a Aro de Plata, pero eso es solo cuando estás muy enfadado o muy triste.
Jacob despertó con otro nombre y una misión. Yo no desperté, porque no creo que estuviera dormida. Aquello fue muy real. Sé lo que tengo que hacer; al menos, lo que esa persona me encomendó. La sencilla y complicada tarea de ser feliz. No voy a entrar en eso.

Esta mañana, me imaginé luchando otra vez contra ese ángel, pero yo tenía alas y él se parecía al Gabriel de mi infancia. La pintura y el psicoanálisis del siglo XIX y XX dirá que todos estamos en constante conflicto interno, y le darán al ángel de Jacob otro nombre, otra identidad, puede que hasta le arranquen esa personalidad que le atribuyó el cristianismo.
No sé si esas personas que conozco son ángeles, porque nunca sabré cómo es un ángel. Nadie me lo dice, o las respuestas que obtengo no son convincentes. Para ver lo que opina la mayoría, me vuelvo a un cuadro de Tintoretto o Giotto.

Supongo que tendré que formar mi propia definición. Una que me guste. Si hago a mi ángel peleón (tampoco estoy segura de que sea el de la guarda, que ha crecido conmigo) un poco más agradable a mis ojos, igual dejamos de pelearnos. O igual recuerdo por qué lo hacemos.

Aunque, en realidad...




Que mi amor y tu amor son de no sé qué color, pero mucho más oscuro.







...claro que me acuerdo.

19 de febrero de 2012

A salto de mata(rile-rile-rile)

El día 18 no fue exactamente como ellas esperaban, pero por lo menos fue y eso ya es un alivio. Es complicado estar de visita en tu propia casa, porque tienes que "visitar" a todo el mundo y dedicarles tiempo. Resulta delicioso que todos te llamen, te pregunten, quieran contarte y que les cuentes (oh, Dios mío, parafraseando a Alex Ubago...), irse de fiesta, enseñarte sitios nuevos, ver películas. Estar, simplemente. Lo comentaba mi padre hace una hora, por el teléfono: es el hecho de saber que "estás", aunque no te vean.
Prometo que ha sido una locura total, porque algunos me los he dejado por ver y a otros no he podido dedicarles todo el tiempo que me hubiera gustado. No obstante, me siento satisfecha, amén de sentirme guapísima todos los días, que ante todo una es una dragona presumida.
Lo único malo fue que, con la prisa, a veces no paraba de mirar el reloj, pensando el sitio al que tendría que ir y a quien tendría que ver, en lugar de disfrutar del momento. Alguien me ayudó a olvidarme de eso. De la prisa. Y del tiempo, también.

Volver a casa siempre es genial. Pero triste. Andrés Suárez le echa una mano a los viajes de vuelta, aunque se vuelve contraproducente cuando me atrapan Umberto Eco y su péndulo de Foucault, y me siento una más de la tríada maravillosa Casaubon-Belbo-Diotallevi, a la busca y captura de templarios, rosacruces, esoterismos, misterios herméticos y locuras en general.
Empiezo a no saber exactamente dónde está mi casa, pero eso me pasa cada vez que voy y vuelvo. Me centraré en otra cosa. Templarios, por ejemplo. Los números mágicos de Lia. Pétalos de rosa, galletas de castaña y espelta con chocolate.
Cosas útiles de verdad.
Pero la próxima vez, prometo correr menos y disfrutar más, aunque bien es cierto que he pasado cinco días increíbles.

A punto he estado de borrarlo todo. Nunca me caractericé por mi inteligencia ni mi habilidad. Tengo que comentar la existencia de este N'oj con cierto caballero de la orden de Temmeraz. Por Dios, ya lo veo galopando como un loco por las dunas que forman mis palabras, mientras yo como dátiles alegremente, debajo de una palmera.
Me liaré una toalla a la cabeza y diré que soy Saladino. Eso siempre se me ha dado bien.


Juro escribir algo con fuste... cuando encuentre mi entablamento completo.
La independencia por la compañía. ¿Qué escogería usted? ¿Ser un libre solitario o un enclaustrado acompañado? Ya estoy divagando. La culpa la tiene Aglie.

17 de febrero de 2012

Las cosas de Avani VI

"Tu es que ya apuntabas maneras", sonríe mi Avani ibn Tahir interior, cuando nos damos cuenta de que Aladdín, o al menos su nombre, es de origen selyuquí y vivió en el Rum.

16 de febrero de 2012

Rodin

"Escultor francés, cinco letras". Y tú no tienes ni que pensártelo.
Yo te quiero, te quiero, como las peras a los peros. Eres el mejor, sordo de los cojones. Te digo que te quiero, y tú me respondes que ya lo sabes. "Fíjate si te quiero", insistes, "que cuando hablo contigo por teléfono, si no escucho 'vete a tomar por culo' o 'vete a hacer puñetas', no soy feliz."
Te quiero, maldito.
Me hace gracia que tu cuestión del día fuera cómo tiene colocada la mano El pensador de Rodin, si abierta o cerrada. Está cerrada, apoya la barbilla en los nudillos. Eso a mí no se me olvida nunca. Incluso separados, separados por tanto tiempo y tanta distancia, seguimos pensando en lo mismo. Lo que tiene ser dos dragones.
Y mi tortuguita, que la veo comiendo pan con chuletas, bebiendo su zumo, sentándose en su sillón del siglo treinta y cruzando las patitas con todo el estilo del mundo. Otra a la que quiero con sana locura. Porque a ti, mi dragón, te quiero con alocada locura. Porque estamos locos... aunque tú seas Capricornio y yo Sagitario.










Cosas que tienen que ver, me duelen los codos. Y otras cosas que no voy a decir, porque la Dama me pega en la boca, por malhablada, cochina y vulgar.

13 de febrero de 2012

U-ra-sa-i

He visto unos cuantos animes y he leído unos cuantos mangas. Muchos me han llegado dentro, me han gustado mucho, los he considerado especiales. Tengo dos o tres que realmente consideraría, en un alarde posesivo humano, "mis animes".
Por ejemplo, Slayers fue sin duda el anime de mi infancia, pero nunca leí los cómics. Lo veía en La2, con el nombre de Reena y Gaudy, y recuerdo acelerar el paso para llegar a casa y no perderme los capótulos. Me encanta, lo he vuelto a ver ya crecida y me gusta todavía más. Aunque el argumento se debatía entre el absurdo y la sangre manchándolo todo, para mí siempre serán especiales. Tan especiales, que me aprendí la canción en japonés con ocho o nueve años. Sin tener idea de lo que estaba diciendo, evidentemente.
Otro anime que me caló bastante, de pequeña, fue Ruroni Kenshin. El pelirrojo, otro que se la pasaba matando gente y pringando la pantalla de sangre. No lo seguí al 100%, pero mi hermano y yo nos entreteníamos de vez en cuando. Él, más que nada.
Unos años después, empecé a ver DNAngel y me enamoré. Me pareció simplemente genial, a pesar de que el argumento y el dibujo dejasen que desear. Por eso decidí comprarme los cómics, y todavía estoy esperando que termine la serie. El manga es mucho mejor que su adaptación televisiva, sin lugar a dudas. Daisuke y Dark se ganaron un hueco en mi corazón, un hueco bastante importante. Sigo teniendo la serie en el portátil. Y eso que, en realidad, se trata de un romance para chicas sin demasiada miga, soy la primera que lo admite. Pero bueno, de chorradas también está sembrado el campo.
Fruits Basket fue otra etapa importante de mi adicción al anime. Digo anime, porque nunca me leí los cómics; me enteré de cómo terminaba la serie y la verdad es que era previsible. Sobre todo, me gustaba este anime por lo original, el buen nivel del doblaje castellano y todos los geniales momentos que me hizo pasar con una persona a la que ya no veo casi. No seguiré por ahí, que me deprimo.

Es complicado poner uno en la cima, cada uno tiene un rasgo que lo diferencia de los demás. Sin embargo, sólo hay uno que lo tiene todo. Todo, todo, todo.
Argumento, dibujo diferente y único, agilidad en la lectura, mitología, aventura, romance, personajes bien construidos, sangre y tripas, lágrimas, giros inesperados, amistad, odio, absurdo, reflexión, tensión, tacos, fantasía, alcohol y tabaco, dragones, bromas satíricas, realidad, ficción, música, chorradas, un número equilibrado de tomos. Y está terminado, que eso es un dato importante.

A la vez que DNAngel, encontré el que se convertiría en el manga de mi vida. El anime de mi vida, la serie por excelencia. Estoy coleccionando los cómics y veo a salto de mata las series, porque la adaptación televisiva no es muy buena (es de 1998, cosa a tener en cuenta), pero me gusta verlos. He visto las películas y los extras, escuchado las bandas sonoras, coleccionado masivamente las fotos en mi ordenador viejo. Tengo ganas de recuperarlas, por cierto.
Empecé con este manga a partir de la foto de uno de los villanos, el príncipe malo por excelencia, pero que luego resultó no ser tan malo. Es otra cosa fascinante de esta serie, los "malos". Increíbles, son todos tan reales... Y dan miedo, algunos de verdad dan pánico. Resultó que vi la foto, descrita como un "elfo sexy", no se me olvidará nunca. Tenía 14, 15 años. Investigué, vi las maravillosas fotos, me descargué la película, empecé a ver la serie. Simplemente, aluciné. En todo.
Resulta muy, pero que muy complicado decir lo que "realmente" supone esta serie para mí. Es algo así como un telón de fondo para mi vida. Me encantaría amar como ellos aman y odiar igual, sacrificarse y entregarse por un amigo, no perder de vista sus objetivos, preocuparse por ellos mismos rozando el hastío. No sabría explicar lo que son, ni cómo me siento con ellos. Porque son, desde luego, especiales. Muy especiales.
Si me pongo a hablar de ellos, no termino.

Sanzo, Goku, Gojyo, Hakkai.
Para mí, estos cuatro personajes siempre van a ser especiales.

Desde 2006 los conozco; si me siguen gustando, es que sólo pueden ser buenos.
Gensoumaden, Réquiem, Reload, Reload Blast, Gaiden. "Saiyuki".

12 de febrero de 2012

Magnífico.

Conversaciones de tres personas, cada una en una ciudad diferente, que te alegran la hora, la tarde, la noche, el día, el fin de semana, la semana entera. Y de repente se convierten en cuatro personas.

Conjunto de idioteces varias. Muchas idioteces.
Pero las nuestras, al fin y al cabo.





Cosas que tienen que ver; enumeración de los productos ayer adquiridos, porque me sale de la punta del codo (alguien tiene que patentar esa frase).
-Cortefiel: vestido de cuero y terciopelo + collar de cadena dorada y borlas
-Pull&Bear: camiseta ancha de rayas + camiseta ancha negra y plateada
-H&M: vestido blanco de Burbujita con el hombro al aire
-Oysho: conjunto de ropa interior rojo y negro (grrrr)
-Kiko: lip pencil "matta labra" + eye pencil vibrant 600 y 602
-Shana: americana con fingida camisa debajo + camisetas básicas roja y azul + collar de cuerda y cadena dorada

Mira, mamá, ¡ahora soy hauler!

10 de febrero de 2012

Hola, ¿qué tal?

A mí me va a dar algo.
Así, como concepto general.
Compendio de palabras absurdas, alguien me dijo que me vuelvo muy graciosa cuando me pongo nerviosa/enfado/molesto/ofusco/trabo/descoloco/confundo/largo etc. A ver si es verdad.

¿Qué está pasando? ¿Qué está pasando, y va en serio?
Me estoy volviendo loca y me están entrando ganas de mear. Dos datos objetivos. Vengo en cinco.
(Pausa de cinco minutos. Se aprovecha para vaciar al vejiga y leer "sabbau al-jaïr, fateah jamila" en el espejo. Sensacional)
El mundo se está volviendo majara. Mi fotolog no va, cinco o seis años de mi vida en recuerdos, a tomar por saco. Quizá fuera lo mejor, creí que me afectaría más. Lo almacenaré en el fotolog de mi memoria, que para eso lo tengo. Dios, qué histeria.
"Me la suda espectacularmente, hasta humedecer el calzoncillo", palabras textuales de mi padre sobre mi examen de Historia del Cine de esta mañana. Pues a mí también. Dancing in the moonlight y a pensar en lo que de verdad importa, que lo mío es quejarse por vicio.
No hago más que leer cosas en clave y como me da por elucubrar, es peor. Encima, el internet en este hospicio universitario es deplorable, como la justicia en España, y no se termina de cargar Scott Pilgrim vs. the World; maldita sea.

Di una palabra, la primera que se te ocurra.
Raspa.
Seguimos.

La vida está loca. Loca, loca, loca, como la canción de Pancho Céspedes. Oh, tenía otra preciosa que decía "tu amor es como un río que baña el cuerpo", buen momento para buscar esa canción. ¿Se puede saber que habéis hecho? Yo no me incluyo, porque he llegado a la conclusión de que yo no he hecho nada. Nada, salvo estudiar como una bestia y soltar toda mi mala leche en una crítica de arte sobre una exposición del islam, ¡viva el Sultanato del Rum!
Ya estoy delirando. Estoy barajando la posibilidad de hacerme lesbiana. ¿En serio? No, me gustan demasiado los hombres. Esto sólo es fruto de mi idiotez supina y un intento de captar al vuelo todas las gilipuerteces que mi cabeza está pensando. Me voy a pegar un tiro.
Todo esto sonaría más gracioso con mi voz de pito diciéndolo en voz alta.

Han suspendido a Garzón once años, hay que joderse, señores.
Charly me acaba de mandar una viñeta que reproduce exactamente nuestro amor. A la greña todo el día y buscando la mejor manera de incordiarnos. Y no sabemos vivir la una sin la otra. Maravilloso, hasta aquí la ñoñería. ¿Podemos dejarnos de chorradas y adivinar qué carajo le está pasando al mundo?
Me voy a volver loca. O ya lo estoy, ni puñetera idea.
Me quería reír un rato. De mí, evidentemente. Soy una librepensadora que come yoghurt y galletas con chocolate más feliz que nadie. Esta noche me invitan a cenar, porque estoy sin comida y vivo en la inmundicia. Magnífico. Y mañana otro examen, a las nueve de la mañana, ¿quién ha sido el hideputa?

Me voy a comprar un sobretodo y a esconderme debajo.
O a meter la cabeza debajo de una piedra, a ver qué pasa.

Esto es una mierda, nunca pasa nada.
Ríete, gata de los cojones, güevona desvergonzada, escritora de pacotilla, perra gorda y peluda que aúlla cuando le sale de la entrepata. Ríete, o te arranco una oreja. A mordiscos, evidentemente. Ríete de mí o te juro que te mato.
Te quiero, my darling.


A tomar por culo, todo el mundo fuera.

6 de febrero de 2012

Las cosas de Avani V

Me interesa ver el tipo de relaciones, de profundidades en Manet...
"¡Pero si esto es un Renoir!", gritaba mi Avani ibn Tahir interior, en una de las clases de Contemporáneo más interesantes del mundo.

5 de febrero de 2012

Al gato. Y a la dama, también.

Siempre disfruto compartiendo mis historias contigo.
Me ha llegado eso que me has dicho, ¿eh? Me ha llegado mucho. Yo pensaba que era una historia de adolescentes y sólo en mi fuero interno quería hablar de gente de verdad no comprendida, de cómo hacemos las cosas los que somos diferentes. Supongo que tú, igual de diferente que yo, entiendes y puedes ver esa diferencia, que es la nuestra. No somos como el resto del mundo. No hacemos las cosas de la misma manera, ni vemos con los mismos ojos.
Dragones, Daharas, Damas. Las tres empiezan por "d". Como la palabra "Diferente". Somos diferentes, y esa especie de disfraces en realidad representan todo lo que somos, porque no hay realidad en este mundo para comprendernos ni abarcarnos.
Somos diferentes, distintas.
Eso nos hace fuertes, pero también vulnerables. Afortunadamente, siempre estaremos para cuidar las unas de las otras, porque somos la base de una importante familia.

Hay mucha gente que se enternece con nuestros universos fantásticos. Nosotras sabemos que son reales, somos capaces de verlos. Yo os veo las garras y los bigotes, y las faldas plisadas, y el castillo en el bosque. Yo los veo. Como sé que vosotras veis mis alas, cuando les da el sol.
No necesitamos que nos comprendan; la Dama nos enseña a sonreír con displicencia e ignorar las burdas palabras de quien no merece ser escuchado. La gata nos enseña a disfrutar de cada segundo de la vida, como un continuo ovillo de lana con el que jugar. Y yo, yo os intento enseñar a volar, a volar y volar, porque nuestro límite es el cielo.
Estamos destinadas a grandes cosas, y puedo imaginarnos perfectamente. Bajo un cielo lleno de estrellas, o bajo un día soleado, tumbadas boca arriba en la hierba, con las cabezas juntas en un vértice de confianza. Un dragón, un gato y una hermosa dama.

Sois mi verdad.
Y os debo (más que) mucho.

Por existir, gracias.
Por ser diferentes, gracias.
Por nosotras.

2 de febrero de 2012

En el día del Nombre

Hoy es el Día del Nombre. Del nombre de Kael.

Feliz cumpleaños, pequeña.
Te quiero, y te echo de menos.