30 de julio de 2013

Las del callo en la ingle

Hay ciertas cosas que cambian, otras que no cambian, unas que empeoran, otras que mejoran. Y como en el escudo que dibujé hace unos días, todo está en perpetuo movimiento, en un cambio constante. 
Pero si en nosotras tres el cambio se da a la vez, al mismo tiempo, y hacia el mismo sitio... pues todo OK. Sois las grandes protagonistas de este blog, a las pruebas me remito. Y el día de hoy, por unas horas sin chicos y de nuevo en un símbolo de tres, ha sido terapéutico.
Ha sido brillante. Ha sido justo lo que yo necesitaba. Teneros cerca, llorar de la risa con nuestras mismas idioteces, descubrir que seguimos siendo las mismas por más que nos pasen los años. Porque, como decíamos el año pasado, ya empezamos a ser para siempre.

Os quiero lo que no puedo escribir. Os agradezco lo que no puedo contar. 

Y ahora, a ritmo de Disney, de la banda sonora de nuestra vida, os vuelvo a dedicar esas palabras, mientras en mi cabeza la Dahara Kael corretea detrás de un ovillo de lana en un enorme salón de piedra, al tiempo que la Dama Ishys pasea su porte elegante y la Dragona Aro de Plata aprieta los dientes para decir "oh, petirrojo, alegre petirrojo".

29 de julio de 2013

La última, conmigo

Cuando ya no pueda más, voy a salir a volar. ¡Voy a buscarte!



Últimamente pienso mucho en ti. Te tengo muy presente. Quizá porque la Muerte ha decidido salir a segar la parcela y no deja de llevarse a gente. Entonces yo me acuerdo de lo que fue perderte a ti, y me pongo en la piel de esas personas, y las comprendo. Pero no me comprendo a mí. Otra posibilidad que he barajado es que han pasado tantas cosas este año y que tú no las has visto. No me has visto defender a los locos del turbante delante de un tribunal, no has sabido que Frinoé ahora es premio nacional, no sabes que viviré en tu ciudad el año que viene, no me has visto colgarme la beca azul del cuello y acabar la carrera.
"Sí, en otra frecuencia, ella está aquí." Un cuerno. No estás. Y pienso mucho en qué pasaría si todavía estuvieras. No soy capaz de hacerme a la idea de que me observas desde otra frecuencia. Solo puedo pensar en qué hubiera pasado si no te hubieras ido. Si continuaras aquí, en tu sillón, con cara de tortuga. "Tengo un corazón tan leal a ti que duele", dice Suárez. Y maldita sea la fidelidad en algunos ratos. 
Me hubiera encantado compartir estas felicidades contigo, de verdad. Ojalá, ojalá estuvieras aquí. Aunque no estoy segura de que quisiera volver a verte. Mamá sueña a veces que te abraza pero no puede retenerte. Yo simplemente sueño que te veo. Pasas delante de mí, pero en realidad estás desfilando por algún lugar que a mí me queda lejísimos, inalcanzable. Mamá quisiera poder verte una vez más, hablarte, escucharte, abrazarte. Yo no estoy segura de que quisiera. No sabría exactamente cómo reaccionar. Sería como si alguien me quitase el caramelo justo después de haberlo colocado encima de mi lengua. Y me sentiría peor. 
Te echamos de menos. Ella sí que tiene un corazón tan leal a ti que duele. Y cómo le duele. Soy incapaz de ponerme en esa piel, en la de mi propia madre, e imaginar que ya no te tiene. ¿Por qué has tenido que marcharte? Yo nunca te escribí nada cuando pasó. Di un discursito ridículo cuando te tenía la lado, metida en una caja. Pero no hice más. Me acuerdo que arrugué el papel, que lo destrocé, que lancé la libreta contra la pared y casi se desmonta. Era incapaz de escribir. Ahora cada vez que escucho a Suárez te recuerdo. "Hace un año... un año". 
¿Pero por qué te has ido? ¿Y por qué se han ido todos los demás? ¿Por qué ha tenido que irse Sergio contigo? ¿Es que de verdad estaban completos? ¿Es que esa asquerosa teoría la escribió alguien a quien acababan de arrancarle un trozo de corazón, o simplemente estaba en su sofá, tranquila y pausada, con un porro en la mano y reflexionando sobre la vida? 
¿Por qué tenéis que desaparecer? 
No tengo idea. Es que no lo sé. Esta noche solo me hago preguntas que nunca van a tener respuesta.



Cuando ya no pueda más, voy a salir a volar. ¡Voy a buscarte!





Y sin embargo, siempre hay motivos. Siempre hay algún motivo. 

23 de julio de 2013

Throwback Tuesday (TT)

Dieciséis años. Un problema.
Veintidós años. El mismo problema.
Hay algo que no estamos haciendo bien.





No me miras. Tú me ves. Y no lo entiendes; ya lo sé.
No encajo en tus esquemas de mujer. No soy aquello que debería ser.
Y nunca lo seré.

Para ti puedo ser la pluma que se enreda entre las hojas. Un reloj que no se espera a ver pasar las horas. El vaivén del mar cuando lo mecerán las olas.
Para ti seré un montón de cosas, podré ser muchas cosas menos yo.

En el fondo quieres ver lo que hay dentro de mi ser.
Te atraigo porque no soy una más y es algo que pretendes ocultar.
No lo dirás jamás.

Para ti no seré aquella que acaricia las estrellas. Callarás y todo porque no soy una de ellas. Puede ser que el tiempo nos aclare las ideas.
Y apostar que puedo ser mil cosas. Seré un millón de cosas si quieres conocerme de verdad.



"Wonderland" es lo que nosotros traduciríamos por "El País de las Maravillas".
Todos andamos a la búsqueda de nuestro "País de las Maravillas". ¿Pero cómo lo encontramos? ¿Sabremos lo que es cuando lo tengamos delante? ¿Y si nos equivocamos?
Miles de preguntas.

No pasa nada. 
Siempre hay motivos para seguir caminando. 
SIEMPRE. 
Atentamente: Lau.

(Irlanda, julio de 2007)

22 de julio de 2013

Volátil

Gracias por pensar que nunca te fallaría.
Y por quererme incluso cuando ya no era novedad.





Cosas que tienen que ver... hijo, córtame las puntas.

20 de julio de 2013

Coming back down

Qué duro decir adiós cuando sabes que se ha acabado.



Qué tranquila y qué calmada viene la verdad. Qué de pronto, pero sin brusquedad, se pone delante de mí, como un reflejo de mí misma, y me señala lo que tengo delante. "Se terminó", me susurra. Y no está irritada, ni furibunda, ni siquiera deshecha por el llanto. Simplemente está. Con la tristeza más profunda dibujada en el rostro. Esa que duele de verdad, tan dentro, que por más que escale no puede salir fuera. Que no se refleja. Que sólo se asoma por los ojos, y no es en forma de lágrimas.
Ya está, te dice. Si tenía que llegar el final en algún momento, ya ha llegado. En ese preciso instante, ya nada se puede hacer por recuperar lo anterior. Por intentar resucitar algo que ya no existe. Es, como cantaba Sabina, remover una cajita de cenizas. Qué imagen tan triste y, de nuevo, qué tranquila.
Hasta siempre, compañero. Seguirás estando ahí, probablemente. De risas y sonrisas (ahora mismo, hay pocas frases más amargas que esa), claro que sí. Pero lo que fuiste, lo que fuimos algún día, eso nunca volverá. Ayer lo supe. 
Se terminó el pelearme por un recuerdo. Lo intenté todo, no fue suficiente. Ayer lo acepté, porque lo tuve delante. Ya no había nada que decir. Ya no estaban esas ganas de darlo absolutamente todo. Simplemente, no. 
Gracias por cuanto me diste, y por los momentos en que me lo diste. De verdad. Te recordaré siempre.

Algo se ha roto dentro de mí. Algo ha desaparecido, y ese hueco duele como pocas cosas me dolieron así. La pregunta es... ¿y ahora? Ahora qué hago. Tengo demasiado miedo como para intentarlo otra vez. "Me he mirado dentro para encontrar a alguien más". No tengo ni idea de lo que voy a hacer. Probablemente me vuelva a pasar, y me vuelvan a herir, y me vuelvan a fallar, y vuelva a caerme en picado. Pero, en fin, como decía un ganso, cada uno tiene su lugar en el mundo. Y está claro que yo no soy ni seré nunca una persona de "constantes".





We had each other, there, that far. We went through the fire and there we were.
There was nothing we couldn't do. 'Cause you had got me and I had got you.

17 de julio de 2013

Monos albinos

Hay fragmentos de conversaciones que, simplemente, me encantan. Me parecen de novela, tienen una carga intelectual y emocional alta, a menudo un importante nivel de complicidad. Y sólo las dos personas que están hablando saben lo que realmente se quiere decir.



—¿Cómo va la tesina?
—Antes de ayer avancé mucho, ayer me lié un poco más. Necesito ver a mi tutor para que me aclare cosas. Pero hasta mañana no puede.
—Bueno, poco a poco.
—Hoy tocará comerse aún más la cabeza con estadísticas y papeles.
—Mientras no te la comas con otra cosa...
—Llevo dos días de estudio intensivo y estoy hasta las pelotas.
—Cómo conozco ese sentimiento.
—Bueno, esa es otra.
—¿Qué? ¿Ha pasado algo más?
—No, no. Nada más.
—¿Pero?
—Pero esta noche hay cena en su casa. Con más gente, obvio.
—¿Pareja incluida?
—No, el muchacho ya se fue. Pero aún así, nada puede pasar.
—Ya. ¿Y tú cómo estás?
—La verdad es que estoy asumiendo por momentos que no hay futuro en esto. Voy día a día. Trato de no hacer planes a largo plazo.
—Es la opción más inteligente. Lo estás haciendo bien. 
—Como ya te dije, cuando me vaya me joderá. Pero no me hago ilusiones para que me joda lo menos posible.
—Cuando vuelvas te estaré esperando con un achuchón y una cerveza en la mano.





Cosas que tienen que ver... y sí, y tienen que ver.

14 de julio de 2013

al-Ahmar

"¿Estás preparado?"
"Un guerrero siempre está preparado."





Imágenes y palabras al servicio de la narración.
La visión del Islam en las Cantigas de Alfonso X el Sabio





Con tanta gente a nuestro lado, nada podrá salir mal. Porque somos dos guerreros. Dos temibles criaturas.
Que empiece la guerra.

13 de julio de 2013

Importante

El que piense que Avani y al-Ahmar son la misma persona no sabe lo equivocado que está. 

10 de julio de 2013

Uno de los mejores días de mi vida

Zapato y cordón. 
No son nada el uno sin el otro.



Hoy he pasado uno de los mejores días de mi vida. Uno de esos que sólo se puede definir como "perfecto", de principio a fin. 
Una ola para los de siempre. Impresionante, ¡pero estábamos todos! Cosa que se ha notado, obvio que se ha notado. Porque desde que hemos puesto un pie en el autobús, ya nos estábamos meando de la risa. Además hemos vuelto a donde siempre, a esa pequeña casita en la playa que, como un día empiece a contar todo lo que ha visto... Hemos hecho lo de siempre, también: playa, piscina, paella, helado con cookies, alcohol, más playa, más piscina, fotos. Conversaciones absurdas donde las haya, frases para recordar.
"Zapato y cordón, no son nada el uno sin el otro."
"Que me caso waterproof"
"Tú... tú... tú pesas treinta kilos."
"El móvil de Nuria nos va a enterrar a todos."
"El mar me está haciendo un bukake."
"¡Sansa, pobra!"
"Cersei y yo... ¡primas hermanas!"
"La belleza es la puerta de todas las llaves, y el universo se expande, míralo cómo se expande."
Y otras muchísimas, pero es que ahora no me acuerdo. Estoy destruida, y puede que todavía un poco borracha. La piña colada estaba magnífica, la natación sincronizada es un deporte al que algún día podremos aspirar, nuestro foso de caimanes alrededor de la sombrilla ha mantenido lejos a las señoras invasoras, la paella estaba estupenda, hemos hecho esa gochada de poner helado encima de las cookies, nos hemos bañado borrachos, borrachísimos, en un mar con ganas de juerga. Como nosotros, vaya. Y venga a reírse. A llorar, literal, a ahogarse de la risa. Pau caminando sobre las aguas en su papel de Jesucristo, Ángela señalando a todo el mundo, Carlos y sus orquídeas, Nuria recitando frases de APM, Llum dando grititos de felicidad, Raquel dando instrucciones, Eugenio achuchándome, Gala contando sus teorías sobre el universo.
Además, hemos contado con la compañía, muy grata, de dos hermanos pequeños que, al principio, estaban acojonados de vernos. Luego no querían que nos fuésemos, le pedían a su hermano que nos dejase quedarnos a dormir. Qué majos, qué majísimos. Hoy todo el mundo es majísimo. Hoy todo ha sido magníficamente perfecto.
Hasta los canis de la ida y de la vuelta en bus, de esos que llevan la música del móvil a toda pastilla y cuya selección musical no es que sea la mejor. Pero bueno, nosotros hemos cantado "que el ritmo no pare", "sarandonga", "if you like piña colada", "venga, sal a bailar, que tú lo haces fenomenal, tu cuerpo se mueve como una palmera, suave, suave, su-su-suave". Hasta la abeja asesina que ha perseguido a Llum incluso más allá de la orilla. 



Sois lo mejor que tengo. Me dais la vida, entera. Toda ella. Juntarme con vosotros es algo que no sé explicar, no sé describir con palabras. Solo sé sentirlo. Sé sentiros a vosotros. Y hoy ha sido un día espectacular. Pero espectacular. 
Ha habido un momento en que estábamos en medio de cuatro o cinco olas seguidas, que nos han empujado contra la arena y nos han dando una buena paliza. Debajo del agua, con todo el ruido en mis oídos, se me ha parado un segundo el tiempo. Y he pensado en lo maravilloso que todo estaba siendo, que os quiero, que era allí donde tenía que estar y qué suerte la mía de teneros. ¡La leche! Así que he sacado la cabeza del agua con una carcajada.
Y me he llenado la boca de sal, y casi me ahogo. 





Tenía que contarlo. Tenía que compartirlo porque le deseo al mundo, a todas las personas, unos amigos como los míos. De corazón. 
Me quedo con las palabras de Germán, que tiene catorce años, cuando de camino a la playa (estando yo en condiciones muy poco óptimas) íbamos cogidos de los hombros, me ha confesado: "Jo, yo cuando sea mayor quiero tener un grupo de amigos como el que tenéis vosotros".
Yo también, Germán. 
No sé qué demonios sería mi vida sin ellos. 

9 de julio de 2013

Esquina con Velázquez

Ahora ya es oficial.
Es casi oficial, pero una colleja de ibn Nasr, aquí sentado en la mesa, me obliga a quitar el casi. En realidad, tiene razón. Ya está. Ya estamos fuera. Fuera del sitio que nos ha visto pasar cuatro años (cinco, ehem, cinco) de nuestra vida, y ahora nos despide. Bien. Hasta luego, hasta pronto, hasta nunca. 
Porque ahora hay fuego en las venas y alas en el corazón
¡Estamos fuera!



Si la euforia dirige mis palabras es porque he perdido una apuesta, y ahora le debo una cena a un pediatra. Ha sido de las apuestas que más ganas tenía de perder. Porque sí, ahora ya es oficial, y el año que viene habrá un dragón en Príncipe de Vergara. A veinte minutos del Retiro y a unos pocos más del Paseo del Prado y la Milla de Oro. No me lo creo. Tengo tantas ganas que en lugar de caminar, debería ir dando saltos. 
Además, que últimamente se está dando una concatenación de hechos que no contribuye si no a mejorarlo todo. Quería decir millones de cosas y ahora no se me ocurre ninguna. Tampoco quiero contar mi vida a trozos pequeños, dejando frases en clave sobre cosas que haré, que voy a hacer, que ya he hecho. Me resultaría repetitiva. Eso ya lo escribo demasiado a menudo. 
Es que es un todo. Es un completo, es un círculo.
Es una carcajada.






Transe-chanse-balanse. 
Y aprovecha que aquí estoy, después de hoy quizá no se dará otro chanse.





Ah, y gracias a los de siempre, por ser los de siempre, hacer lo de siempre y seguir como siempre. Me meo de la risa. 

7 de julio de 2013

Las cosas de Avani XXVI

"Cuenta una antigua leyenda árabe que las estrellas fugaces son caballeros que galopan por el cielo", recita mi Avani ibn Tahir interior, mientras repite el cuento de El zapatero y la princesa y se enternece porque yo, desde bien pequeñita, ya apuntaba arábigas maneras. 

4 de julio de 2013

Héroes

Se acabó. Y un "ole" para mí.

Y a partir de ahora, todo será despampanantemente alucinante. Me esperan las cervezas hasta yo qué sé cuándo, el kung-fu, Tabarca, más playa, que me alimenten en casa ajena, mucho perreo y preparar una defensa digna del mismísimo Muhammad ibn Yusuf ibn Nasr. 

Raka-taka-boom.



I'm free.
NOW GIMME ROCK'N ROLL!