28 de abril de 2019

The Hero's Journey

Jehova Chen es una persona que me encantaría conocer y entrevistar. Simplemente una llamada de teléfono, un correo, una conversación por Skype. Porque quiero darle las gracias, a él como director y como representante de thatgamecompany, por crear el juego más maravilloso de la historia. Los habrá mejores, los habrá peores, pero ninguno será como Journey. Journey es algo más, es algo que trasciende la carne, el hueso, el espíritu.

Y estoy escribiendo un libro sobre él. 

Después de un bloqueo de meses, tengo que agradecerle a Alberto que estuviese apoyándome cuando más dudas tenía, cuando me asaltaban los miedos y me paralizaban los dedos sobre el teclado. Ahora pienso en cómo estaba el texto hace tan solo una semana y me da una mezcla de vergüenza y risa. No puedo creer el aspecto tan fantástico que tiene ahora. Y aunque esté lejos de estar terminado o de ser perfecto, sé que lo estoy haciendo bien. 
Lo siento, dentro de mí. Lo estoy haciendo bien. 

No me puedo creer que vaya a pasar de verdad, pero así es. Tampoco puedo esperar a tenerlo en las manos. Pero, de momento, toca la parte más dura, que es trabajar. Aunque, en realidad, si trabajar significa tener esa música y esa vista la mayor parte del tiempo, cómo quejarme. 



Their all in their paths, searching for something.
Jehova Chen, 2013.

22 de abril de 2019

El Simurgh de Maragha

Hoy te he tenido en las manos. 

Seré honesta y confesaré que me he saltado las restricciones de la Morgan Library un poquito, pero la archivera me ha dado permiso. En teoría, solo tenía autorizado acceder al folio 55r, pero esto es lo que pasa cuando alguien deja un manuscrito en mi poder y se da la vuelta: que se me va de las manos. Literal. Así que llevo un buen rato pasando las páginas y maravillándome con el Manafi' al-Hayawan, con lo poquito que puedo leer y con las increíbles imágenes, aquellas que nunca soñé que vería personalmente. 

Pero como siempre desde que empezó este curso 2018-2019, la realidad académica se impone y no puedo sino seguir fascinándome. Es que lo nuestro es ver libros y manuscritos, es que a esto nos dedicamos quienes hemos escogido el sendero de la investigación. No puedo evitar seguir sobrecogiéndome, preguntándome quién soy yo para que un conservador de tamaña institución me autorice a ser una de las pocas privilegiadas que jamás tendrá este libro en las manos. 

Deja que hable de ti, Simurgh de Maragha. 

Eres la primera de la que tenemos noticia, la primera ilustración que se hizo de ti en un manuscrito. Tu fecha está entre 1297-1298 y 1299-1300, no lo sabemos. Eres bellísima. Estás adornada con tinta de oro, azul, roja, verde, rosada y delineada en color negro. Estás de pie sobre una isla, aquella que todavía no he encontrado (y que, según leyendas, nadie puede hallar). Tus plumas parecen estar en llamas o emular a las nubes. Tienes los ojos rojos y abiertos. El mar y la preciosa curvatura de sus olas te rodea, te esconde y te protege. Y aquí estás, en un atril delante de mí, mientras escribo estas líneas. Es algo que me cuesta creerme. 
Cada momento en que no estoy mirándote, tengo la sensación de que pierdo el tiempo. De que no es real, de que estoy en un sueño difuso del que me despertaré, de vuelta en St Andrews, y pensando si alguna vez estuve allí y te tuve delante. Pero así es. Y cuando vuelva a abrir mi ordenador, tal vez esta noche, tal vez cuando esté en Escocia, miraré tu rostro y pensaré que sí, que fue real. Que te vi, como he visto a tantas otras, como tengo el absoluto privilegio de contemplarte. 

Parece que todas las Simurgh que veo sean dignas de mención... y es que, para mí, así es. Todas ellas representan un momento especial de mi vida, un lugar en concreto, un punto en mi memoria y en mi historia que quedará para siempre en mi recuerdo. Alguien escribió 'Anqa en un extremo del folio, como suerte de aclaración. Pero ambas sabemos que tú no eres 'Anqa, aunque a ella también la queremos. 

Mi marida me ha dicho que está muy orgullosa de mí. Bob se emociona cuando yo me emociono. Hay mucha gente que está feliz por mí, orgullosa, contenta, emocionada como yo. Gracias, a vosotros, de verdad. 


Simurgh y yo vamos a seguir disfrutando un poquito la una de la otra. 



Qué día tan especial para mí. De verdad. La primera de todas ellas, la que abriría el camino. El Simurgh de Maragha. 
Estoy convencida de que, que sea día 22, no es ninguna casualidad. 

18 de abril de 2019

Zen Zen Zense - L.I.F.E.

She wrote it on the bathroom wall in her favourite shade of lipstick.
L.I.F.E.



No he dejado de darle el coñazo a Aguilar del Campoo en todo el día, entre vídeos y fotos, de todas las maravillas que me he encontrado en el MET. Pero es que me da cuerda y yo me emociono. Y de repente, cuando estaba dibujando el cuarto o el quinto textil (el cuarto, estoy casi segura), me ha llamado para que hablásemos un rato. Yo creía que me daba un jari, porque pensaba que había pasado algo. Pero entonces me ha dicho que no, que me llamaba por el puro goce de hablar. Así que me he ido sentado en diferentes partes de las salas de arte islámico hasta que ha venido un señor a decirme que dentro del museo no se permitía el facetime

Me ha hecho mucha ilusión que me llamase. Igual porque ni en un centenar de años esperaba que pasase. Y, como gracia, cuando se nos ha cortado la conversación mi teléfono ha seguido reproduciendo la música en aleatorio y se ha puesto a sonar Zen Zen Zense



A ti sí que te he dado el coñazo a base de bien, entre Yaza por la mañana y Simurgh durante el resto del día. Pero qué quieres, si me das alas. Si me das vida. Si me encanta hablar contigo por teléfono y cada vez que decimos "¡mas no!" me da la risa tonta. Qué bello y precioso y aterrador va a quedar nuestro Yazata. Porque es mío, pero una parte importante también es tuya. 
Ya lo tengo todo planeado. Bueno, casi todo. Debería escribir otro libro antes. Juro, de verdad, que mañana me pongo. 




Qué día tan magnífico. De verdad. 
Esta oportunidad, esta maravilla que estoy viviendo es posible gracias a mamá, que se dejaría cortar los brazos con tal de que yo pudiese experimentar un pequeño porcentaje de todo lo que hago. Gracias, de corazón, porque sin ti no habría sido más que un sueño. Y el sueño sigue siendo, pero lo vivo, lo estoy viviendo (ojeras, bolsas de la compra y jetlag incluido). 
Esto es un privilegio, entrar en el MET con un pase de invitada como investigadora es otro privilegio, la casa en la que estoy es el tercer privilegio, la vida y los amigos que tengo son el cuarto, mi pájara y poder correr detrás de ella es uno de los privilegios más grandes del mundo. 

Hoy he entrado en el Metropolitan Museum a las 10:00, cuando han abierto, y he salido a las 17:15, cuando cerraban. No he comido; se me ha olvidado. Me he pasado siete horas en el MET y no he visto más que la sala de islámico, la de Próximo Oriente (había que saludar a los Lamassu, por supuesto) y la exposición de los imperios. Qué tienda de regalos más lamentable, por cierto. 
Hoy he estado rodeada de Simurgh, por todos lados. La he visto hasta en la sopa -de dónde habéis salido tantas; de dónde-, escondida y camuflada en lugares que me machacan la vista. La he encontrado, magnífica, en el azulejo de siempre (esa única pieza que no puedo ver, porque no me van a desmontar la pared entera solo a mí). La he descubierto en la funda del arco de Khusraw Parviz, después de aplicar luz e ha revelado en tinta dorada, allí donde yo creía que la estaba viendo pero no estaba segura. Me he sentido como una cazatesoros. 
Hoy he sido tan feliz, a pesar de no comer y caerme de sueño por las esquinas. 
Y mañana, otra vez.



She wrote it on the bathroom wall with her favourite shade of lipstick. 
L.I.F.E. 





Cosas que tienen que ver, la operación LOTR Experience 2019 ya está en marcha. Al que se le escape algo, le arranco los brazos, le corto la lengua, hago picadillo con toda la carne y se lo meto a la fuerza garganta abajo usando los puños. 
Hombre ya. 

17 de abril de 2019

While you count sheep

Esto es de locos. 
Estoy en Nueva York. Estoy en un apartamento del Upper East Side, en la 2nd Avenue con la 76th (o la 75th, o la 77th, la verdad es que ahora no lo recuerdo de memoria). No solo estoy en Nueva York, sino que esta mañana me he levantado a las 5:30am para salir a buscar un paquete de mi hermano al Royal Mail, me he encasquetado más de veinte horas de viaje y ahora estoy en Estados Unidos. 

En qué momento. 
Estoy en Nueva York. Es que estoy en Nueva York. 
Me da vueltas la cabeza porque aquí estoy, aguantando el jet-lag y las ganas de dormirme porque no quiero despertarme a las 2am como un búho. Pero mañana, cuando de verdad me despierte y baje a desayunar al café al que ya le he echado un ojo al salir del metro, me va a dar un ataque al corazón. Especialmente porque después voy a dirigir los pasos hacia el Metropolitan Museum para  que me den un pase de investigadora y trabajar con ellos. 
Pero cómo de loco es esto. Cómo de loco. Madre mía. 



Quiero hacer una lista de cosas que pasaron desde ayer a las 2pm, más o menos, hasta que he vuelto a coger wi-fi en el apartamento. Solo quiero dejarlas aquí. 
Theresa se fue. A Lukas y a mí se nos fueron más de tres horas entre té y conversación, comentando algunas cosas más serias que otras, encontrándonos a su spirit animal que resulta que es un cuervo, dándonos muchos abrazos. Vi a Rebecca, conocí a Borrows y me comí la tarta de zanahoria que me había preparado. Volví al pueblo y nos fuimos a cenar Beth, Lukas, Pete y yo. Y fue bonito. No dormí apenas. Desayuné de aquella manera. Menos mal que fui al aeropuerto una hora antes de lo que había planeado, porque mi visado no aparecía en el sistema y he tenido que correr como el gif del EVA-01 para pasar el control de seguridad y llegar a mi puerta de embarque. Me han dado helado en el avión. He visto Nueva York desde el cielo. He pasado dos horas en la cola de inmigración, sin manera de avisar de que estaba bien, y una mujer española amabilísima me ha dejado su teléfono para mandarle un par de mensajes a mamá. No me he perdido en el metro (aunque he hecho bastante el idiota en el aeropuerto). He conseguido wi-fi de nuevo y he visto las fotos que Beth había subido. 
Y ahí me quiero parar. Porque, si estoy entendiendo bien el mensaje, quiero que sepas que yo a ti también. 


Ovación de gala para el señor Aguilar del Campoo, sin duda. El vídeo de la kata me da mucha paz, aunque sean movimientos bastante energéticos. Será porque él, últimamente, también me ha dado mucha paz. 



Echo de menos estar en casa, pero la verdad es que estoy muy bien. Y verás mañana, cuando me levante habiendo dormido. 



The Sandman gonna flip when he comes through.
While you count sheep I'll give them music to jump to. 

16 de abril de 2019

El cepo

No es por la canción de Dikers, sino porque no tengo imagen más clara en mi cabeza ahora mismo. Un cepo para osos, de esos con los dientes serrados que aparecen en todos los dibujos animados y en algunas películas. Eso, alrededor del cuello de alguien. No sé si es el mío, no sé si el cepo se está cerrando sobre la burbuja, sobre el cuello de María, sobre el de todo el mundo a la vez. 
Sé que esta semana, los últimos cuatro días en concreto, me han puesto a prueba. Y no estoy muy segura de haberla superado con elegancia. Quiero decir, no me he muerto, pero tampoco es que esté yo en el mejor de mis humores. Quizá porque estoy cansada y todavía no he podido reponerme como Dios manda. O porque me va a tocar hacerlo en un avión de siete horas a Nueva York donde, espero, me recibirá otro poquito de mi pájara y veré manuscritos, piezas y a personas que nunca imaginé que vería. 



La conferencia fue regular. Fue bien, fue mal. Depende de cómo lo piense y cuándo lo piense. No puedo evitar pensar que, tal vez, quedé como una idiota delante de algunas personas importantes. Que si le doy otra pensada, en realidad no me importa demasiado porque hubo muy buen feedback por parte de varias de esas personas importantes. Pero quizá la opinión de mi directora es la que pesa más sobre mis hombros. No estoy muy segura de cómo tomarme estos días. 
Pero de lo que me alegro es de haber tenido a Yasmin a mi lado cuando la necesité. Y de seguir teniendo a Simurgh detrás de mí cada vez que giro la cabeza. No iba a ser todo perfecto y está claro que me queda muchísimo por aprender. Pero... no sé. No lo sé. 

Es posible que influya mucho el hecho de que no he podido hablar de ello (ni de nada más) tranquilamente con mi gente, en la soledad de mi cuarto, porque todavía tengo a mi invitada conmigo. Todavía, en el más riguroso directo, porque está sentada en la silla de Eunjee a mi izquierda. No es que no quiera que esté aquí; lo he pasado de maravilla con ella y la quiero mucho. Pero creo que, después de la conferencia y previo al viaje a Nueva York, yo necesitaba estar tranquila y sola. Hablar con la gente de casa y estar tan en contacto con ellos como yo hubiese querido. Y no he podido, porque he tenido que estar "ocupándome" de alguien más. Alguien que, encima, todavía no se va. Que quiero irme a hacer mis cosas, coño. Sola, solita, sola. 
Ahora me escapo a las escaleras y le mando un audio de cinco minutos al Flaco y otro a la Marida. Pero todo esto me está suponiendo un gran estrés. 



Gracias, Lukas. Gracias por pasearte conmigo ayer para que yo pudiese despresurizar un poco, gracias por las patadas a los árboles y por todos los abrazos. Eres un amigo extraño, pero eres un buen amigo. De verdad. 
Y gracias por estar conmigo cuando se desató todo el drama (más). Ahora soy yo la que no tiene ni idea sobre qué hacer con Rocío, después de recibir el mensaje de Jurado. Por favor, calma y sosiego, tranquilidad, ¡o cualquier cosa, coño! Además, como yo no soy de calentarme la cabeza, ni nada... Vamos a respirar cinco minutos y a evitar pensar en asesinatos múltiples. 
Por favor. 



Y contigo. ¿Qué hago contigo? Qué, si no tengo ni idea de si quieres verme, de si no quieres verme. No sé absolutamente nada. El timing ha sido muy desafortunado, pero es que si no me llamas, yo tampoco voy a ir. Ya tuve bastante el semestre pasado. Y me voy mañana, lo sabes. Esto no es una advertencia ni una amenaza, es un recordatorio. 
No me digas que no estuve ahí para ti, cuando me tuviste en la puerta de al lado y no quisiste llamar. 



Hoy me explota la cabeza.
Hoy, definitivamente, me explota la cabeza. 
Cuando Theresa se vaya y yo me vea pasando la aspiradora en mi cuarto y haciendo la maleta, SOLA, todo irá mucho mejor. O eso quiero pensar. 

El cepo, ese maldito cepo. 

10 de abril de 2019

For the time being

Pues se activó la trampa, pero no era para mí. 
A veces me pregunto cuál es realmente mi papel en esta burbuja, si es que tengo alguno. Me da tremenda curiosidad el curso que viene. Pero tremenda, tremenda curiosidad. 



Cosas que tienen que ver, El violinista de Hamelín. 

9 de abril de 2019

Volar, volar. Volar, volar

Eso de 'cuando menos te lo esperas, va la vida y te sorprende' lo estoy diciendo últimamente mucho y no dejo de preguntarme dónde estará la trampa. Seguro que aparece en otro fin de semana de esos de poner los ojos en blanco hasta que duelan, en alguna otra torpeza emocional/amistosa que viene sin mala leche, pero jode igualmente, en la cara de idiota que se me queda cuando leo y veo algunas cosas que desfilan por delante de mi pantalla. 

Tiene que haber trampa en alguna parte, pero, de momento, lo único que veo es al más hermoso de los pájaros peinándose las plumas porque el domingo nos toca subir al escenario a contar un par de cosas que, creo, son interesantes. 

Nos lo vamos a pasar bien.



Vente conmigo, a mi vera, y fundamos las estrellas. 
Que aún nos quedan primaveras para abrirnos y volar. 
Volar, volar. Volar, volar. 
Volar, volar. Volar, volar. 



Cosas que tienen que ver, hoy he puesto mis últimos cafés en CK y han sido para Steven y Marten. Evidentemente, el día ha sido para cortarse las venas o para cortárselas a alguien, pero ya estoy sentada en el refugio de mi oficina, a salvo de más locuras de cafetería. Al menos, durante un tiempo. 
'See you in January'. 
Goddamn, you will. 

6 de abril de 2019

Clouds

Esto me lo acaba de mandar mi persona favorita en este mundo.
Mi hermano.

Y me apetecía escribirlo.

If I could just look up, I'd see him looking down. 
I know my grandpa is proud.
I am my brother's keeper. 
I'll be there for my sister. 

5 de abril de 2019

Que fuese mucho no quiere decir que estuviese bien

Hace menos de una hora le he dicho a mi mejor amiga que todo me daba más igual porque, literalmente, "estoy cansada de querer tanto, que no quiere decir que haya estado queriendo bien". Y creo que es la reflexión más útil que he hecho en este año académico. Porque me cansé de querer y quise mucho, pero eso no significa que el sentimiento estuviese ni bien expresado, ni bien llevado. Evidentemente, no estuvo bien llevado porque con echar un vistazo atrás la verdad se revela por si sola. 
Pero el hecho de haberme sentado a pensar que no he sabido querer bien, ya no tanto para las otras personas como para mi propia estabilidad mental, me ha dado paz. Ha conseguido que 'me cambie el chip', sort to speak, y que realmente, por primera vez en meses, todo me dé igual aquí, en la pequeña burbuja. En el mejor sentido de todos. En el sentido que, al parecer, debía ser.

Soy muy torpe y bastante tonta. Pero aprendo. Y eso no me hace menos torpe ni menos tonta, pero me hace mejor. Porque soy capaz de darme cuenta de qué partes tengo que trabajar a partir de ahora. Y eso, qué queréis que os diga, me hace sentir mejor. 

Quizá porque el viaje a Irán es inminente y porque sé a ciencia cierta que no estaré aquí el año que viene. Quizá porque sigo esperando ese gran gesto o esa señal por parte de Mary of the Agonies, una señal que cada día espero menos y que, en verdad, no tengo demasiadas esperanzas de que llegue. Pero estará bien. Todo estará bien. Todo está bien. 



Qué alegría, qué buen día, que bonito tenerte.