19 de febrero de 2022

Running towards the window

El momento casi final se acerca y me da un miedo que te mueres, pero desde luego menos miedo que me da volver a conducir. ¿O era al revés? Hay tantas cosas que siento como "pendientes" en mi vida que ya no sé cuál era la que me preocupaba más, o menos, o igual. Al final, echaré de menos la tesis, o el concepto de que ella fuese parte de mí. Pero a ratos solo. De vez en cuando, como cuando me siente a pensar en lo diferente que era mi vida hace un año.

Estuve viendo mi vídeo de un segundo de 2021, y se siente otra vida. Se siente como si estuviese a million worlds apart, ya que estoy con Dear Evan Hansen en bucle. Me acuerdo de aquello como una nebulosa y todavía se hace muy presente el sentimiento de ansiedad y miedo por la boda apresurada, por la incertidumbre de no tener trabajo ni idea del futuro que nos esperaba. Quiero recordar lo bueno, lo bonito, lo precioso de tener a Clare a veinte minutos y a Becca a unos pocos más. Cuando escucho Good riddance pienso en cuando nos íbamos a dormir en nuestra cama, que es bastante más pequeña que la que tenemos ahora, y puedo ver la penumbra de la habitación, el edredón, la ventana. Puedo ver la casita con total claridad. Anoche me dijiste que tú recuerdas esa época con cariño, y me alegro de que sea así.

(Oh, ahora suena Sincerely, Me, creo que me voy a poner a bailar)

Pero se siente como otra vida, desde luego. Siento que todo lo que se supone que estaba buscando ha vuelto, pero de forma apresurada, como un alud. Sigo corriendo en una cinta de esas de gimnasio porque no me queda otra, porque el día a día y sus preocupaciones me lo piden: las fechas de entrega, los personajes, la compra, vivir, disfrutar, morir en Bloodborne, pasear, ver a amigos, presentar libros en Madrid. Esas cosas. 
Y aún así, cuando me siento a reflexionar todo lo que ha cambiado mi vida en seis meses, me mareo. Es que me mareo. Y de verdad creo que la divinidad que sea (quiero pensar que Verethraqna) ha dejado de jugar con nosotros y nos ha echado una mano, pero no al cuello. Ahora tenemos una casa preciosa delante del mar, trabajo los dos, la perspectiva de un futuro. ¿No era esto todo lo que queríamos? Sí, lo era. Pero como dice doña Venti, sabia, las cosas buenas de la vida también hay que asimilarlas poco a poco, no solamente las malas. Y yo siento que necesito tiempo para asumir que esta es mi vida nueva. Y escribir más. Y organizarme mejor. 


9 de febrero de 2022

Love knows, love grows

Love knows, love grows bigger than before.

In your heart, there's always more.

It's magic.

The more you give it away, 

the more love comes back to you every day.

Love knows, love grows bigger than before. 

In your heart, there's always more.



Ojalá tú nunca dejes de cantar en mi cabeza, Ismail.