30 de enero de 2020

Epílogo

"¿Qué tal?"
"Pues me apetece matarte. Por lo demás..."

Yo es que me parto el culo.

27 de enero de 2020

Camals mullats

Vaya lunes tan estupendo. 
Aunque el destrozo de mi uña izquierda tiene una pinta poco confiable y, encima, lo estoy empeorando porque soy como un perro chiquitito y no puedo dejar de hurgarme la herida. Cagontó. 


Aparte de volver a clase de persa y comprobar que mis esfuerzos están teniendo resultado, de ser terriblemente improductiva al respecto de la tesis y de darme cuenta de que tengo un agujero en la manga de la chaqueta, el lunes ha sido bastante satisfactorio. Y es que he vuelto a esgrima después de, por lo menos, cuatro meses sin tocar el florete, y he saltado a pista, Saena en la derecha, y me he vuelto a sentir muy bien. Porque justamente era aquello lo que yo buscaba tirando. La felicidad, el esfuerzo, la concentración. El recordarme que hago uno de los deportes más bellos sobre la tierra. 
Deporte que he tenido que describir en persa usando solo 50 palabras, y algunas de ellas predeterminadas. Evidentemente, ha sido un medio-desastre. 
Pero volviendo a la pista, estoy reventada y empapada (ahora llego a eso), porque es que me pesa todo el cuerpo como diez kilos más. Sin embargo, estoy satisfecha. Estoy muy contenta con cómo he tirado, con la shortie de mi florete, con la energía que había al menos en la pista de florete. 
Y es que me gusta mucho el florete. Esta podría ser mi oportunidad de volver a enamorarme. Una vez más. 

Although I am back now. A lot of things are going to change. 



Al volver a casa nos ha caído una nevada que no esperábamos, ni Aguilar ni yo. Y como mis zapatillas son una mierda absoluta, he vuelto a casa con el agua por las rodillas y los pies perfectamente empapados. Mi segundo de hoy ha sido la ropa puesta a secar en el radiador, bolsa de floretes incluida; con eso lo digo todo. 
Pero incluso con la nieve que después se ha transformado en lluvia, ha sido divertido y agradable caminar con Aguilar de vuelta, poniéndonos al día. No imaginaba yo que me había echado tanto de menos. Igual no está todo tan perdido en esta burbuja. 

Y al respecto de María, de otras tantas personas y de la vida en general, yo qué le hago. Aparte de encogerme de hombros cual gif de los Power Ranger y aceptar que, efectivamente, la gente es rara de pelotas y no es que yo no tenga paciencia. 
¡Qué se le va a hacer, cheñó!



T'estime, t'estimu, t'estim. 

25 de enero de 2020

A mí se me ocurren títulos y luego se me olvidan

Ha pasado una semana desde que estoy aquí y la verdad... es que se está bien. Fíjate, que lo que más ilusión me hace son las etiquetas que les he puesto a las plantas. Pero que de verdad me da alegría darme la vuelta y ver a Samba, Peter, Striker Eureka, Milho y Goku, tan estupendamente colocadas. Ahora, espero que me aguanten vivas las cinco. Me suena haber escuchado que, cuando le das nombre a las cosas, les coges más cariño y parece que te comprometes a un nivel más profundo. Eso espero. Lo que está claro es que de regarlas tengo poca idea, porque esta mañana Milho tenía la tierra más seca que el cogote de San Pedro, a Goku la estoy ahogando sin querer y Striker Eureka está echando unas flores estupendas. 
¡Este cuarto es una selva!


Ojalá me dejen quedarme con este piso hasta que acabe la tesis. Que igual es muy precipitado decir algo así; solo llevo aquí siete días y las cosas se pueden torcer de forma espectacular. Pero es que todo me gusta tanto. Es que esta habitación me gusta tantísimo. Y mi cocina, con su comedero de pajaritos, el salón que pienso empezar a usar en cuanto me dé un arrebato y arramble con todas las cajas, el baño, mis cajoneras... Lo dicho, que la "cueva" de este año  ya no es cueva. Ahora le corresponde más el "nido". Entonces, la oficina, que era el "nido", se queda... con la oficina, porque ahora tengo estudiantes que igual se pasan a saludarme. 



Estoy cagada con lo de dar clases. Menos mal que tengo a Clare (que me cago en la cabeza de San Dios que se tenga que ir, ¡coño!), a Ilse y a Joserra para que me echen una mano. Aunque me cago yo, me cago yo, que me ha caído el Barroco con toda su fuerza encima de la cabeza. 
Anda que... cagon sos...
A que al final de curso me acaba gustando. A que me estropean así. 
¡Me cago en...!




Cosas que tienen que ver, qué bonitas estás mis plantas. Me da que eso ya lo he dicho. 

21 de enero de 2020

Quesada/Creon

"Te tengo que preguntar una cosa. ¿Tú crees que me estoy estancando?"
"Pues igual sí, porque me lo has preguntado ya tres veces."

Ostras, qué de capitán Creon es esto.
Me muero de risa.

20 de enero de 2020

Chocolate Milk

No me creo la suerte que tengo. Pero como no es cuestión de creérsela, sino de aprovecharla, eso haremos. Blue Monday, decía Twitter. Yo he tenido un lunes excelente. 



Mi piso nuevo es una gozada, y a mi habitación le falta montar la silla y otra de las cajoneras para empezar a ser el refugio del Witch King durante una larga temporada. Es increíble que el año pasado todo funcionara mal, por el mismo precio. Iba a ponerme a contar punto por punto las cosas que son buenas, pero me he dado cuenta de que es mucho más sencillo empezar por la conclusión: estoy muy bien. Estoy muy bien. 

El año pasado y sus sombras se han diluido en conversaciones, recuerdos y risas. Beth y yo lo ahogamos todo anoche con dos botellas de vino y algo de whisky que le robamos a Edisher, y la verdad es que la cosa no pudo desarrollarse mejor. Verla, encontrarnos en otro momento y otro lugar reavivó aquello que parecía a punto de morirse el año anterior. Y, sin embargo, aquí está. Brillante y fuerte. Ella está distinta, y sé que yo también. El tiempo y la distancia nos han hecho bien, y eso que seguíamos hablando con asiduidad cuando yo estaba en Irán. Pero la tranquilidad, el cariño y los batidos de chocolate después de dos horas en el gimnasio siguen ahí. Como un remanente tranquilo y silencioso de lo más importante que hemos tenido siempre, que es a nosotras. 
No es que me quiera emocionar y tirar la traca entera; al fin y al cabo, queda mucho semestre. Sin embargo, ya soy capaz de vislumbrar que irá bien, al menos en ese aspecto. 

Estoy estupendamente. Aunque triste, aunque sigo echando de menos a Bob como al respirar, estoy muy bien. Con mi Flaco y mi Marida al teléfono, con Raúl metiéndose con mis elecciones de ropa, con tantas otras personas bellas que caben en lo que ocupa mi móvil. La verdad es que, en este momento, todo son cosas brillantes y bonitas. Y eso que tenemos nuestra dosis de mierda, porque lo de la oficina no es normal y la tesis va a acabar conmigo. Pero no son cosas insalvables y profundas, no se parece en nada a aquello que casi me asfixia bajo su peso hace unos meses. 
Se me han llenado los pulmones de aire, en este cuarto mío que ahora es una selva, y la vida que desprenden Goku, Milho, Samba, Peter y Striker Eureka se me transmite cada mañana. Eso, y poder abrazar al Bob de peluche por las noches, cuando desearía estar quizá en otra parte, en otros brazos. 

St Andrews nunca me había parecido tan brillante, tan bonita. Tan llena de luz con sus puestas de sol a las cinco de la tarde. 
Y es que... estoy muy bien. De verdad. 



Aunque verás tú mañana, lo que me voy a cagar en la cabeza de María por hacerme levantar 20kg de peso con esta mierda de forma que tengo. 





The Witch King is back

16 de enero de 2020

Circles (of Light)

Para mí es mucho más fácil reconocer que he estado triste estos últimos días, y que todavía lo estoy. No es una tristeza paralizante, no son constantes ataques de llanto con hipidos incluidos, ni echarse a la cama con rabia y frustración al grito de "no me quiero ir". Pero estoy triste, simple y llanamente. Y así es mejor. Es como tiene que ser, que no me diera pena sería incluso preocupante. 
Estoy triste, pero estoy bien. 

Contra todo pronóstico, tengo las dos maletas hechas, cerradas (sin riesgo de explosión), dentro del peso permitido. Es que no me lo creo. Espero que esto sea una señal de buena suerte, porque vamos. 



He estado pensando en mis círculos de luz. 
Si yo soy una criatura de tendencia oscura, tengo la suerte de estar rodeada de círculos brillantes, de luces bellas que me iluminan incluso cuando estoy en modo absolute carnage, que no me aguanto ni yo. Y cuando escucho música, me los imagino flotando y bailando a mi alrededor, a cada uno con ciertos detalles que los definen (al más puro estilo videojuego/anime, pero es lo que mi infancia le ha hecho a mi cabeza, déjenme). 

Me ayudan, la verdad. Me ayudan mucho a sentirme mejor, la verdad. 
El caso es que ahora mismo no me siento tan triste, probablemente porque tengo a mi madre hablando por teléfono, mi hermano ha estado tumbado en el sofá, y me he muerto de la risa con Marida durante el resto del día. Si lo pienso, claro que me pongo triste. Voy a echarles mucho de menos a todos. Es lo que tiene estar tan bien, tan a gusto, en estas Navidades que Bob ha etiquetado como "las mejores del mundo". Es cierto, tho; han sido fantásticas. Llenas de besos, de perros, de comidas, de abrazos, de Sherlock con papá, de bailes, de música, de tesis (hasta de tesis), de todo. 
Y de preocupación constante por aquellos que siguen en Teherán, pero qué le vamos a hacer. Poder contactar con Raúl y seguir dándonos la paliza es algo que me aporta mucha serenidad, pero me hace recordar que la vida es puta y que le echo muchísimo de menos. 

Mañana ya estaré en la Burbuja. Mañana empezará una etapa, no nueva pero sí levemente distinta, y me sorprende a mí misma lo tranquila que me encuentro al respecto. Solo estoy triste porque me marcho, pero nada más. Se me ocurrió releer la recapitulación que hice antes de que acabase el 2018, y descubrí que estaba in a very dark place. Very, very dark place. Estaba llena de rabia, de resentimiento, de pena, de dolor. Es increíble lo que puede cambiar un año las cosas. Ahora, María de las Angustias dice que no puede esperar a verme, tengo el fin de semana completamente organizando en cuestión de cenas y reuniones, y Aguilar del Campoo quiere que colemos Diggy Diggy Hole en la primera fiesta que podamos. Mierda, ahora se me ha pegado la canción. 
Y ya tengo asignados mi horario y mis alumnos. Y me voy a BUCS, al parecer. A qué, pues a partirme el culo, pero voy pues porque fuck it, why not

Estaré bien, seguro. Me haré a mi pequeña rutina y me vendrá bien un poco de soledad. Y va a ser cojonudo eso de tener datos en la calle y poder escuchar la música que a mí me parezca, sin tener que depender del wi-fi. 
Estaré bien.

Llevo a Bob en la maleta, para abrazarle en casos de nostalgia aguda. 
Al otro Bob, al que no puedo abrazar aunque no hay cosa que más desee en el mundo, ya le echo de menos. A todos, os echaré de menos. Y os quiero. 



Pero puedo con esto. 
O Valley of Plenty, o Valley of Plenty. Diggy diggy hole, diggy diggy hole. 
(Y así llevo toda la tarde)





Cosas que tienen que ver, me he dejado el regalo de mi Marida (el que le compré en Irán) en casa de mi madre. Otra vez. Porque es que soy IDIOTA. 

10 de enero de 2020

Wrap it all up

I am perfectly aware of the giant blank between the last post of December and this first nonsense of January. But I promise myself that I will wrap all up next week (luckily), when I am back in the Bubble and will hopefully have more time to dedicate to the No'j and not some other matters that keep me occupied like, say shit, the thesis. 

But I am doing fine. 
Dude, I am doing bloody fantastically fine. 


Unrelated completely, but hey, Happy New Year.