6 de septiembre de 2012

Números

Es mi número.
Soy el número catorce. Que es dos veces siete, dos veces mágico, dos veces afortunado, dos veces poderoso. Siete eran las cabezas del dragón, así que ahora dos dracos magníficos me custodian hasta la puerta, y dirigirán mi dedo cuando tenga que colocarlo sobre otro número. En este caso, sobre el setenta y cinco. 
Mi objetivo es el setenta y cinco. Siete, de nuevo; otro dragón esperando a ser liberado, a las puertas del infierno, y cinco, como las estrellas de Cassiopeia, que a su vez es dos más tres, lo que ya pone las cosas mucho más espirituales. 
Catorce. Siete sellos por romper dos veces y catorce ángeles trompeteros que podrían tocar la fanfarria de la victoria. El doble de tiempo para crear el mundo. 



Catorce.
Que me dé suerte. Que me la dé, y el infierno será mío. Y los nueve meses que me quedan encerrada en ese edificio que se cae a trozos seré muy, pero que muy feliz. 
El Mal tomará forma en mis manos.

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