18 de mayo de 2013

Troublemaker

Motivación. Me la paso motivando al resto y lo que quiero es coger la butaca y partírmela a la altura de la coronilla. ¿Dónde se me ha ido la inspiración? A Jerez, a Badajoz, a la porra. Por allá se habrá quedado. Seguro que ha salido corriendo en cuanto me ha visto al cara de recién levantada y los colmillos. Los ojos hinchados y el pelo tapándome la frente. Las garras lanzando el teléfono contra la pared y que reviente, pero que reviente de verdad.
Mala uva, mala leche. Como una botella de champán. Cuando se van, se queda un remanso de tristeza que sólo se me pasa con más mala leche. Porque no me quiero ir. Es decir, quiero largarme, pero al mismo tiempo no quiero. Abrazar sus pequeños cuerpos es todo lo que me queda, apretarlos fuerte, gritarles que se bajen de los árboles, echármelos encima y rodar por el polvo, matarme por la pelota y cantar "flai-veriflai-veriflai". Si no se están quietos, mejor. No les da tiempo a agarrarse de mi cintura, a apretarme las piernas y a decirme que no me vaya.
"Eso es que ya puedes trabajar, ¿verdad?", "Búscate trabajo aquí, pero no te vayas", "¡No, no te vayas!", "¿A que te vas a quedar con nosotros?".
Claro, ¿yo qué les contesto? ¿Que salgo corriendo, que huyo de Levante por irme a buscar mezquitas donde todo el resto ve iglesias? No lo van a entender. Yo tampoco lo hubiera entendido. Por eso quiero que Akela se quede pintado, que no se olviden de Kaa y que vayan a la selva a bailar con Bagheera. Esto no esta siendo nada fácil para mí. Por primera vez, empezaba a ser la parte asentada de algo, y ahora no tengo una mejor idea que irme a por el Dorado lejos de ellos. 
Shame on me. 



Tenerte a ti dando por saco no ayuda. Vete. Vuélvete a la Frontera y déjame en paz. No, no me mires con esos ojos negros y desde arriba de tu caballo. No quiero saber de ti, al menos durante unos días. Ya, ya sé que debo saber de ti, que se supone que tengo que estar hablando de ti, de los tuyos y los no tan tuyos. Pero déjame en paz. Mi cabeza está a punto de explotar, y no me estás ayudando nada. Vete, por favor. 
Ah, pero no te vas. No, da lo mismo, quédate. Total, siempre haces lo que te da la gana. Igual como yo. ¿Qué voy a hacer conmigo misma? ¿Y con vosotros? No es que esté deprimida (vaya, eso me suena de algo), es que hay conversaciones que sólo puedo tener en voz alta. Sí, te puedes sentar. Coge un trozo de suelo. "En habiendo suelo"... eso lo dice Patri. Es reflexión, desmotivación, ya está. Me motivaré como pueda. No me queda otra. Tengo que tirar de mi propio carro, que soy grande. Tengo unas expectativas que cumplir. Simplemente, es que no está siendo fácil. Han sido dos años complicados, todavía estoy arrastrando cosas, voy como entre dos partes diferentes. Entre el cielo y el suelo. Entre la niña con verborrea y el dragón que se tapa la lluvia. Me alegro de que te hayas quedado. Esta mañana me he sentido muy sola, y eso que los tenía a todos encima. Espero con ansia los quince días de verano que pasaremos juntos, y las quince lágrimas que se me van a caer cuando todo eso se acabe. 
Aquí os tengo, delante, y soy incapaz de escribir una sola palabra. Estoy tan blanca como la página. Y si miro al reloj, las horas no pasan, el teléfono no suena y se me resiste la Canción más bonita del mundo. Yo sabía que esta tarde no iba a ser buena. Eso quiere decir que la noche será mejor, mucho mejor. Que cantaré, que bailaré y me moriré del ridículo. Y tan felices. 
Gracias por quedarte conmigo. Ojalá pudieras darme el abrazo que necesito. Eh, eso no son lágrimas, ¿verdad? Un hijo del desierto no llora. Al final voy a tener que abrazarte yo a ti. Venga, no seas blando, ya sabes que aunque te eche mil veces de mi corazón, vives ahí dentro.
No te preocupes, ibn Nasr. Yo estoy bien. Siempre estoy bien. 





-Bob, en serio, ¡me das cada susto...!
-¡Pues imagínate lo que es vivir conmigo mismo, que nunca sé dónde dejo las cosas!

Claro que si no fuera por estas pequeñas cosas... Como que te besen mientras suena The Trooper. Eso sí que no tiene precio; vuelves a enamorarte. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario