20 de mayo de 2013

Momento revelación 14

Tocaba. Porque sí, porque esta chica se ha metido en mi cabeza y ha descrito per-fec-ta-mente, pero per-fec-ta-men-te, cómo me siento yo con respecto a ti, maldita lapa roja, y con respecto a este proyecto que lo mismo me eleva al séptimo cielo, que me estampa contra el suelo y me hace polvo la frente. 
La escenita es más bien simple. Yo, guitarra en mano y con una sonrisa de mala leche y cariño, y al-Ahmar delante de mí, de pie o bailando con lo que yo le voy cantando, sonriendo con picardía, chasqueando los dedos y partiéndose de risa. 
No te soporto, ibn Nasr. Es que no te soporto. 





Maldito el día en que te encontré, la hora en la que te miré. Entraste a mi vida y ahora no hay salida. Me equivoqué. 
Yo no quería y acepté. Por un ratito te guardé. 
Yo no soy adorable, ¡tú eres insoportable! 

Insufrible, amor. ¿Cómo me pude enamorar? No te soporto, es la verdad, porque molestas y te pegas como la goma de mascar en mi zapato al caminar. Somos un caso no ideal. Pero te quiero, yo te quiero.

En la política y la fe no congeniamos, ya lo sé. Yo como carne roja, tú solo comes soja. 
Sí, pensé...

Insufrible, amor. ¿Cómo me pude enamorar? No te soporto, es la verdad, porque molestas y te pegas como la goma de mascar en mi zapato al caminar. Somos un caso no ideal. Pero te quiero, yo te quiero.

Yo estoy más loca cada mes. 
Tú insufrible y a la vez eres tan vulnerable, tan tierno y adorable. 
¡Siempre te querré!

No hay comentarios:

Publicar un comentario