Esto es de locos.
Estoy en Nueva York. Estoy en un apartamento del Upper East Side, en la 2nd Avenue con la 76th (o la 75th, o la 77th, la verdad es que ahora no lo recuerdo de memoria). No solo estoy en Nueva York, sino que esta mañana me he levantado a las 5:30am para salir a buscar un paquete de mi hermano al Royal Mail, me he encasquetado más de veinte horas de viaje y ahora estoy en Estados Unidos.
En qué momento.
Estoy en Nueva York. Es que estoy en Nueva York.
Me da vueltas la cabeza porque aquí estoy, aguantando el jet-lag y las ganas de dormirme porque no quiero despertarme a las 2am como un búho. Pero mañana, cuando de verdad me despierte y baje a desayunar al café al que ya le he echado un ojo al salir del metro, me va a dar un ataque al corazón. Especialmente porque después voy a dirigir los pasos hacia el Metropolitan Museum para que me den un pase de investigadora y trabajar con ellos.
Pero cómo de loco es esto. Cómo de loco. Madre mía.
Quiero hacer una lista de cosas que pasaron desde ayer a las 2pm, más o menos, hasta que he vuelto a coger wi-fi en el apartamento. Solo quiero dejarlas aquí.
Theresa se fue. A Lukas y a mí se nos fueron más de tres horas entre té y conversación, comentando algunas cosas más serias que otras, encontrándonos a su spirit animal que resulta que es un cuervo, dándonos muchos abrazos. Vi a Rebecca, conocí a Borrows y me comí la tarta de zanahoria que me había preparado. Volví al pueblo y nos fuimos a cenar Beth, Lukas, Pete y yo. Y fue bonito. No dormí apenas. Desayuné de aquella manera. Menos mal que fui al aeropuerto una hora antes de lo que había planeado, porque mi visado no aparecía en el sistema y he tenido que correr como el gif del EVA-01 para pasar el control de seguridad y llegar a mi puerta de embarque. Me han dado helado en el avión. He visto Nueva York desde el cielo. He pasado dos horas en la cola de inmigración, sin manera de avisar de que estaba bien, y una mujer española amabilísima me ha dejado su teléfono para mandarle un par de mensajes a mamá. No me he perdido en el metro (aunque he hecho bastante el idiota en el aeropuerto). He conseguido wi-fi de nuevo y he visto las fotos que Beth había subido.
Y ahí me quiero parar. Porque, si estoy entendiendo bien el mensaje, quiero que sepas que yo a ti también.
Ovación de gala para el señor Aguilar del Campoo, sin duda. El vídeo de la kata me da mucha paz, aunque sean movimientos bastante energéticos. Será porque él, últimamente, también me ha dado mucha paz.
Echo de menos estar en casa, pero la verdad es que estoy muy bien. Y verás mañana, cuando me levante habiendo dormido.
The Sandman gonna flip when he comes through.
While you count sheep I'll give them music to jump to.
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