24 de marzo de 2014

A caballo

Hoy ha pasado algo increíble. 
A las 8:30 de la mañana estaba delante de cuatro alumnos, tres chicas y un chico, de la clase de Ciencia árabe, para darles una charla. Más bien, para hacer un ensayo de la conferencia del jueves. Hemos estado hablando de al-Ándalus a través de las Cantigas
A las 12:30 ha venido Alberto Montaner a la facultad, al seminario del que soy secretaria. A venido a dar una magnífica conferencia sobre el Cid, acerca del personaje épico y el histórico, y cómo el poema era un reflejo de la vida de forntera con al-Ándalus. Y, de repente, ha pasado. Alberto Montaner, eminencia en el arabismo, literatura e historia, ha dicho exactamente las mismas cosas que yo escribí en mi proyecto de final de carrera. Las mismas. Las mismas que yo les había dicho a los alumnos de Ciencia, que estaban allí, y que se han dado la vuelta varias veces para lanzarme miradas cómplices. Las mismas. 

Y yo, corroborado mi trabajo por un erudito que no me conocía de nada, he reventado de la felicidad por dentro.
Enhorabuena, Avani. Enhorabuena, al-Ahmar.
Me hacéis grande. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario