19 de septiembre de 2013

Diario de una inútil emocionada I

Soy tan divina que hago la compra en el Centro Comercial ABC, antiguas oficinas del periódico en sí. Además, tengo una terraza para mí sola en la que desayunar con el fresco de la calle.
Tengo una compañera peluda que, aunque pasajera, se alegra de verme y de que la saque a pasear. Me siento realizada, porque estoy viviendo el sueño de tener un perro gordo y encargarme de él.
He comprado jabón y gel de glicerina. Por ti, dama. Ya sabes que a mí me encanta y que tú no lo soportas. Es mi manera simpática de recordarte.
Kvothe y yo tenemos una cita mañana en el Starbucks de Juan Bravo, por aquello de que nos costará la mitad. 
Mi casa es preciosa. Mi casa es preciosa. Y mis nuevos zapatos, divinos.
Al inútil de Mercadona al que se le ocurrió incluir aloe vera en sus delineadores en lápiz: GRACIAS. Si no fuera porque una dependienta me lo ha dicho, ¡ahora tendría los ojos en llamas! ¡Hace falta ser memo!
Siento cerca a todo el mundo, a pesar de no vivir en la misma ciudad. Os sigo llevando dentro, paso a paso. 
Mi barrio es estupendo. Lleno de bares, lleno de gente. El del estanco es un imbécil, pero yo no fumo. 
Mi casa es preciosa. 
Este va a ser un buen año.

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