Crecer es darte cuenta de que ya no vas a ser famosa de golpe y porrazo, de que no vas a resultar una gran estrella por algo que empezaste a hacer ayer, y descubrir que ya no te importa. Que el esgrima, montar a caballo, bailar, son sólo aficiones, y que tampoco vas a vivir de ello, porque no le dedicas esfuerzo. Que de repente pretendes algo más humilde, como encontrar una pareja, tener una familia, viajar y conocer otras culturas, hacerte miembro o socio de una ONG, tener un trabajo para llegar a fin de mes y seguir estudiando algo que te apasiona. Que después de un día desastroso y pesado tienes que pensar lo que vas a cenar, y acordarte de descongelar la carne para el día siguiente. Que tienes que poner y quitar lavadoras, limpiar y escribir una lista de la compra sin demasiadas guarradas.
El tiempo que llevo viviendo con leones me ha cambiado mucho. Bastante, diría yo. Me he dado cuenta de que he crecido. He crecido, y me encantaría decir que he aprendido al humildad. La humildad de decir que no quiero que mis historias lleguen al best-seller; con un ejemplar en una librería, sería más que suficiente. Que no quiero ser mundialmente conocida por nada, porque me basta con que la gente que quiero me conozca bien, y de verdad.
Es gente humilde la que me inspira. Gente que vale muchísimo la pena, desde doctores en medicina árabe, médicos en Madrid o Requena, estudiantes de Bachillerato con las ideas poco claras, estudiantes universitarias que escriben en un blog, futuros periodistas que no saben qué harán con su vida al año que viene. Gente humilde, pero que podría presumir de un millón de cosas. No lo hacen, y quiero ser como ellos.
Crecer es darte cuenta de que tus padres siguieron teniendo sexo después de nacer tú. Crecer es darte cuenta de que quieres una persona contigo para toda la vida. Crecer es pensar qué harás dentro de unos años para pagarte una casa, y empezar a pensar los nombres que llevarán tus hijos. Crecer es caer en la cuenta de que nada se consigue sin esfuerzo.
Esfuerzo. Hemos crecido en una cultura de lo instantáneo. Automático, inmediato, añade una buena canción. Lo queremos todo en el momento, en el ahora, en el cortocircuito que nos provoca la iluminación. Cuando, en realidad, todo es esfuerzo y trabajo, sudor y volver muchas horas a lo mismo. Dedicarle tiempo, dedicarle tus minutos, para conseguir algo que realmente valga la pena. Porque, cuando lo consigues, sabe Dios lo delicioso de la recompensa. Te sientes orgulloso de tu trabajo y descubres que hay gente que lo valora, que se ha fijado en él y que lo aprecia. A nadie le gusta trabajar, seamos sinceros, pero hay que hacerlo. No seamos vagos.
Los edificios que tanto admiro no se levantaron en el fin de semana que el arquitecto los imaginó. A través de ellos puede sentirse ese esfuerzo y las vidas que hubo detrás. Esforzarse, ¿por qué nos costará tanto? Quiero aprender a que no me cueste, y en eso tengo el mejor modelo en mis padres. Tiene poco que ver, pero en ellos está el ejemplo, el camino a seguir. Porque todas las cosas de las que disfruto no cayeron de un árbol, porque si quiero mantener ese nivel tendré que trabajar tanto o más que ellos (teniendo en cuenta lo complicado de la Historia del Arte) para conseguirlo. Aprenderé, porque tengo el firme propósito de aprender.
Crecer es cambiar. Crecer es humildad y es trabajo. Es empezar a pensar con la cabeza fría, a darte cuenta de que ya no estamos para tonterías, porque la universidad se acaba y después está el mundo. Crecer es buscar becas, másters, cualquier lugar que valga para seguir adelante con lo que has soñado.
A veces es un poco frustrante, porque los medios sólo muestran cierto tipo de gente con éxito. Gente que se gana la vida con música, vídeos o cosas parecidas. Pensamos que todos podemos ser así con chasquear los dedos. Mami-loba hace 'chas' y aparece a tu lado. Pero no. Detrás de eso hay mucho, mucho trabajo. No hay nada que venga enseguida, a no ser que se tenga mucha suerte. ¿Fama? Crecer es darte cuenta de que no la necesitas, de que con que una sola persona te diga lo mucho que le gustó tu historia, es más que suficiente. Antes buscaba con avidez, para ser conocida; ahora intento buscar para compartir.
Crecer es darte cuenta de que, cuanto más estudias, menos sabes. Caer en la cuenta de que, en realidad, no sabes nada de nada, ni una centésima parte de lo que podrías abarcar. Y tener las ganas, por supuesto, no de abarcarlo todo, sino de que te lo cuenten. Crecer es escuchar más y hablar un poco menos.
He crecido. Me he hecho grande, o eso quiero pensar. Me ha cambiado el estar aquí, ha cambiado hasta el modo que tengo de pensar en mi pareja y en mi hermano, dos hombres muy importantes. También la forma de pensar en mis amigos, y en mi familia. En mi carrera, por supuesto. No hay nada como la independencia para caer en la cuenta de muchas cosas. Además, he aprendido a observar. Observar a la gente para aprender, tanto lo que quiero como lo que no quiero. Es algo complicado, pero la verdad es que está muy bien. Observo, y luego intento aplicar lo que aprendo. Aunque a veces me sale del revés. Gajes del oficio.
Cosas que tienen que ver... y otras leyendas urbanas.
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