Seriamente, muy en broma.
Sobre un papel trazaremos con decisión una línea recta.
Seriamente, muy en broma, ¡qué idea tan genial!
Hoy cumplo treinta años y no podría estar más feliz al respecto. Estoy contenta con cómo ha sido mi vida en la última década, con todas sus alegrías y sus penas, con todo lo que he aprendido y lo que he ganado y perdido. Estoy feliz, estoy orgullosa del camino recorrido. Me siento valiente y me siento capaz. Estos diez años han tenido de todo. He vivido en cinco países diferentes, en tantas ciudades que no sé contar, me he enamorado como no sabía que podría hacerlo, he aprendido idiomas nuevos, he sufrido la pérdida de mis seres queridos, he llorado lágrimas amargas por amigos que me traicionaron, he celebrado diez años al lado de amigos que siguen siendo para siempre, pese al temporal, y he crecido por dentro y por fuera. Incluso diría que estoy orgullosa de la persona en la que me he convertido.
Mi yo del pasado, mi yo de quince años, también estaría orgullosa. Es más, estaría flipando si me viese ahora. Mira todo lo que hemos conseguido, Gulle. Mira hasta dónde hemos llegado y todo lo que nos queda. Te lo dije, que merecería la pena. La ha merecido.
La verdad es que estoy bien. Muy bien. La palabra para describir este día es simplemente "feliz".
No te escucho acercarte y solo te veo cuando estás frente a mí.
"Feliz cumpleaños", me dices, con esa sonrisa. Con tus ojos oscuros brillando como el primer día, hace aproximadamente dieciséis años. Yo te devuelvo la sonrisa.
"Gracias".
"La verdad es que apenas has cambiado", susurras. Yo casi me río.
"Tú estás igual de guapo que siempre. Por ti no pasan los años."
Te ríes. Te sientas a mi lado, con las piernas colgando del borde igual que las mías. Siempre está el mar allí donde nos encontramos.
"Así que treinta, ¿eh?"
Yo saco el pecho con orgullo.
"Así es. ¿Qué te parece? No está mal. Nunca me planteé que llegaríamos hasta aquí. Quiero decir, no tenía pensado morirme, pero entiéndeme. Cuando apareciste en mi vida no me imaginaba que tendríamos treinta años en algún momento."
"Lo veíamos como algo muy lejano, es verdad."
"Al fin y al cabo, yo tenía catorce y tú dieciséis. Y ahora tenemos treinta los dos. Hay que joderse."
Te vuelves a reír mientras levantas la mano izquierda.
"Encima, no te quejes. Yo me llevé siempre la peor parte."
"O la mejor."
Nos reímos juntos. Las olas rompen. El mar está gris y precioso. Parece que va a llover.
"Les echo de menos", murmuro. Tú suspiras.
"Yo también."
"Pero siento que están aquí con nosotros. Como tú, que siempre estás conmigo. Eso es algo por lo que estoy agradecida."
Tú sonríes, y no sé si te estás emocionando, porque no te veo bien la cara.
"Me alegro de estar aquí."
Yo apoyo la cabeza en tu hombro y tú me coges la mano.
"Ahora otros treinta, ¿no?", te pregunto. Tú te ríes.
"Por supuesto que sí."
Miro al cielo y echo a volar. Por el mundo pienso viajar y soñar.
Nada me detendrá, nada me hará volver la vista atrás.
Bajo rayos de sol, bajo tormentas; no me detendré.
Y los días pasarán y si tú no estás yo te recordaré.
¡Te recordaré!
El camino no tiene final. Mi destino me ha de guiar más allá.
Miro al cielo y echo a volar. Por el mundo pienso viajar y soñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario