6 de febrero de 2020

Nisci - Drone

Yo es que a veces leo algunas cosas y me muero de la risa. Pero de reírme en voz alta, poner los ojos en blanco y seguir preguntándome cómo el ser humano puede ser tan sumamente mamarracho. 
Y levanto la taza de té para brindar conmigo misma, que al fin y al cabo es mi permanente, inevitable, condenada e incluso gratificante compañía. 

¡Ay, cuánto babuchazo sin dar, madre!

No hay comentarios:

Publicar un comentario