Este es básicamente un post de apreciación a Favaro Leone, sin duda el mejor personaje que ha dado la serie Shingeki no Bahamut, que yo espero que continúen pero, si no lo hacen, tampoco pasa nada. Genesis y Virgin Soul son lo suficientemente buenas como para que se queden como están. Pero, en serio, qué gran personaje es Favaro. Enorme, grandísimo. Y eso que mi favorito siempre va a ser el desgraciado de Azazel, pero Favaro es que es Favaro. Él y su guitarra española como tema principal.
Qué maravilla de serie, por la Virgen en Bicicleta.
Ayer tuvimos una sesión italiana (como si mi estancia aquí no tuviera bastante de italiana ya), bebimos Martini y comimos pasta porque, pues somos básicos. Echo de menos a las ragazze, especialmente a Chiara. Y ayer, creo que o yendo o viniendo en el taxi, o quizá fue en otro trayecto en Snapp, la verdad es que no me acuerdo, caí en la cuenta de lo privilegiado de estar compartiendo un pedazo de nuestras vidas en unas circunstancias tan anómalas como las nuestras.
Lo bonito que es para la historia de nuestra vida el habernos cruzado aquí, en el culo del mundo persa conocido, en una escuela de idiomas que nos enseña de todo, menos cómo cojones se pide la cuenta en un restaurante.
Pensé en cada uno de nosotros y en nuestras circunstancias, y al recibir un mensaje del "mundo exterior" que me hablaba de asuntos académicos, me percaté de que parece que todo se haya detenido para nosotros en este instante. En este momento que decidimos vivir en Irán. Pensé en mis compañeros que son mitad iraníes y que hablan perfectamente, pero que no saben leer ni escribir. Pensé en los que estamos aquí por motivos profesionales o académicos. Pensé en los que están aquí simplemente porque les apetece. Y después de pensar, también, en la fantástica selección de gilipollas que me podía haber tocado, descubrí que lo que tenía no podía ser más distinto.
En la selección de personas maravillosas con las que he podido encontrarme. En esos amigos que ya sabemos que van a ser para toda la vida.
No voy a extrañar vivir aquí, estrictamente hablando, pero Satanás viviente que los voy a extrañar a ellos mucho, muchísimo, cada día. No sé qué serán mis días ahora que he conocido esta rutina, una rutina tan poco común, pero tan mía, al fin y al cabo. Pues no sé qué voy a hacer sin tenerla. Imagino que me acostumbraré, pero prometo pensarles cada mañana, cuando me despierte y no tenga que salir a esperar el autobús, ni el timbre estropeado, ni bajar al sótano para tomarnos un té.
Me estoy poniendo sentimental. Pero es que de verdad les quiero.
Soy una persona tan privilegiada que he tenido dos celebraciones de cumpleaños. En la segunda, Anahita me compró una flor que se abría al encenderla, y daba vueltas (o eso se suponía), y cantaba el Cumpleaños Feliz de forma poco tranquilizadora. El susto que me llevé al apretar el botón del centro está grabado. Y el "coño" que me salió del alma, también.
Rend me trajo una cesta con flores, Clement, Giaco y Jacques cocinaron, Raúl y Fede se pelearon por pagar la Coca Cola, Elisa me regaló un CD, y en general vino mucha gente estupenda a comer con nosotros. Y bailamos, y cantamos Ricchi E Poveri, y la Macarena. Y fue una noche magnífica, con gente todavía más magnífica.
Estaba pensando si escribirlo o no, pero esto limpia con creces los restos de basura que había dejado mi cumpleaños del año anterior. Esto era exactamente lo que necesitaba para dejarlo ir. Ahora tengo el pecho limpio y la barriga llena, porque madre mía, sabe el Demonio que no he hecho otra cosa que comer en las últimas dos semanas.
Ah, y ya hemos visto Nosotros los Nobles.
Y Barbi... no mames.
Cosas que tienen que ver, no puedo enfatizar lo suficiente el personajazo que es Favaro Leone, de Shingeki no Bahamut. Hale, ya lo he dicho. Me voy a ver qué se cuentan Simurgh y el Dragón, a ver si dejan de pelearse los cabrones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario