5 de marzo de 2019

An update

Quedan 16 días para Nowruz y mis garbanzos están empezando a brotar. Eso es que el Espíritu de Mediodía encuentra aliados en mi casa. Feliz Año Nuevo por venir, vida. 


Llevo pensando en escribir algo desde que aterricé en Madrid y aquí estoy, de vuelta en Escocia y sin haber tocado el N'oj desde que dejé escrita mi declaración de intenciones para con el BUCS de este año. No es que no encontrase el momento, es que probablemente no me apetecía. Pero ahora me apetece, especialmente porque tengo a Saena (la de verdad, no mi florete; esa está en casa) rondando la oficina y me va a terminar matando de la desesperación. Juro por mi abuelo que acabo el capítulo esta semana o me tiro al patio de la biblioteca desde la ventana de la oficina. 
Esto es lo último que hago antes de ponerme a escribir, de verdad.



BUCS fue lo que esperaba justamente porque no esperaba nada de lo que pasó. Pero lo disfruté. Acabé la número 38 de unas 80 tiradoras y, aunque me entraron severos ataques de pánico en la poule, Beth no se movió de mi lado. Las cosas que ella y Lukas me dijeron se quedarán para siempre conmigo. Contra todo pronóstico, estuvieron allí cuando más necesitaba las palabras y los abrazos. Y me vine muy arriba, especialmente cuando en la DE estaba todo el mundo diciendo que lo estaba haciendo de maravilla. Yo sentí que fue así. Gracias también a Cat, por ser maravillosa y tener todos los muebles de su cabeza bien puestos a sus 18 añitos. Yo de mayor quiero ser como ella. 
BUCS tuvo muchas cosas geniales y algunas que todavía no sé interpretar, pero la verdad es que el balance es muy positivo. 



Madrid trajo la alegría de enseñar, de sentirse acogida y de compartir aquello que me apasiona con gente que lo disfruta tanto como yo. Madrid trajo a mis personas, a mis dos mejores amigos, a mi Flaco y a mi Marida. Madrid trajo más de una noche sin dormir y exploté por un lado que había estado conteniendo porque ahora hago las cosas de otra manera. Pero estuve bien. Estuve donde necesitaba estar y con quien necesitaba estar. Vimos Anastasia y nos emocionamos mucho. Apareció finalmente el panda rojo que Bob quería y me dejó llamarlo Zarpas porque somos el colmo de lo original. Link me sigue haciendo muchísima compañía; nunca me cansaré de peinarle las cejas. 



Ayer empecé a escribir el libro, de verdad, y me entró un severo ataque de pánico (otro) al pensar que aquello que estaba en mi pantalla se convertiría en un papel, y en más de uno, y que se materializaría en una estantería, que estaría a la venta, que la gente podría comprarlo y leerlo. Y me dio un severo ataque de pánico (otro), pero me pareció indescriptible tener esta oportunidad. Espero hacerle justicia, porque Journey lo merece. 



Creo que hasta aquí llega la actualización. ¿Cómo nos hemos plantado en marzo ya? Quedan 16 días para Nowruz, ¿eso lo he dicho?

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