26 de mayo de 2018

Shut up and dance with me

La cantidad de cosas que están pasando en el mes de mayo. Madre mía, qué final de mes. Por favor, un poco de calma, que me vais a matar entre todos. 



Qué de emociones inesperadas, desde luego. Pero lo que pasó la noche del 24 de mayo, la madrugada del 25 volviendo a casa por el camino de tierra junto al campo de trigo, lo guardo como una de las memorias más importantes de todo este año en St. Andrews. Me guardo lo que compartimos y todas las cosas preciosas que me dijiste. Me guardo que me hicieras llorar y que te amenazase con darte un guantazo si no te callabas. Pero gracias por todo. Gracias por hacerme sentir tan bien y por confesarme que, si alguna vez me voy, estarías perdido y asustado. Gracias por decirme que no quieres que me marche, que quieres que me quede a tu lado y que aprendamos juntos. Gracias por decirme que te quedaste en esgrima gracias a mí. 
Tranquilo, que no me voy a ninguna parte. Voy a seguir a tu lado mientras allí me quieras, hipotetizando y metiéndome contigo on a regular basis porque tu primer error fue confiar en mí. Te lo agradezco, pero te has condenado con esto. Y probablemente yo me estoy cavando la tumba también, pero qué le vamos a hacer. 

Ah, y van a venir más noches de dar saltos como locos bailando con Lucy, porque me lo pasé tan bien, tan bien, que necesito repetirlo. Nos traeremos al resto la próxima vez, a todo el mundo. 


My god, look at me, having feelings. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario