22 de noviembre de 2017

Momento revelación 33

Probablemente porque nunca me he tomado tan en serio un proyecto literario, y probablemente porque estoy sencillamente obsesionada con esta historia y sus personajes, pero he escuchado esta canción y hablaba de él, de mi saltimbanqui, y de aquella aventura que se me ocurrió contar un día.
Te juro, Yaza, que siento toda tu emoción cuando estas palabras se cuelan por mi oreja. Es como si le hablases directamente a la luz, al cielo, a tu vida. 
Te quiero mucho, mucho más de lo que nunca me imaginé quererte. Tu pequeña llama sí que se ha colado dentro de mis huesos.  



Entre corazonadas y emociones vamos tú y yo.
Continuará en silencio nuestra canción, que no va a parar.
Por el borde del cielo y aún más allá van nuestras sombras;
se funden entre siglos.
Recuerdos, que en alguna parte estarán, se mezclan con la realidad. 

No importa si ahora nos roba el tiempo momentos que hay entre tú y yo. 
Seguiré tu voz...

Estamos siempre buscando nuestros sueños, en este mundo sin guía. 
Aunque deje de ver un día la luz, yo sabré...
que hay una llama por siempre encendida que en el corazón me dejaste,
para ver renacer... mi esperanza. 

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