29 de julio de 2013

La última, conmigo

Cuando ya no pueda más, voy a salir a volar. ¡Voy a buscarte!



Últimamente pienso mucho en ti. Te tengo muy presente. Quizá porque la Muerte ha decidido salir a segar la parcela y no deja de llevarse a gente. Entonces yo me acuerdo de lo que fue perderte a ti, y me pongo en la piel de esas personas, y las comprendo. Pero no me comprendo a mí. Otra posibilidad que he barajado es que han pasado tantas cosas este año y que tú no las has visto. No me has visto defender a los locos del turbante delante de un tribunal, no has sabido que Frinoé ahora es premio nacional, no sabes que viviré en tu ciudad el año que viene, no me has visto colgarme la beca azul del cuello y acabar la carrera.
"Sí, en otra frecuencia, ella está aquí." Un cuerno. No estás. Y pienso mucho en qué pasaría si todavía estuvieras. No soy capaz de hacerme a la idea de que me observas desde otra frecuencia. Solo puedo pensar en qué hubiera pasado si no te hubieras ido. Si continuaras aquí, en tu sillón, con cara de tortuga. "Tengo un corazón tan leal a ti que duele", dice Suárez. Y maldita sea la fidelidad en algunos ratos. 
Me hubiera encantado compartir estas felicidades contigo, de verdad. Ojalá, ojalá estuvieras aquí. Aunque no estoy segura de que quisiera volver a verte. Mamá sueña a veces que te abraza pero no puede retenerte. Yo simplemente sueño que te veo. Pasas delante de mí, pero en realidad estás desfilando por algún lugar que a mí me queda lejísimos, inalcanzable. Mamá quisiera poder verte una vez más, hablarte, escucharte, abrazarte. Yo no estoy segura de que quisiera. No sabría exactamente cómo reaccionar. Sería como si alguien me quitase el caramelo justo después de haberlo colocado encima de mi lengua. Y me sentiría peor. 
Te echamos de menos. Ella sí que tiene un corazón tan leal a ti que duele. Y cómo le duele. Soy incapaz de ponerme en esa piel, en la de mi propia madre, e imaginar que ya no te tiene. ¿Por qué has tenido que marcharte? Yo nunca te escribí nada cuando pasó. Di un discursito ridículo cuando te tenía la lado, metida en una caja. Pero no hice más. Me acuerdo que arrugué el papel, que lo destrocé, que lancé la libreta contra la pared y casi se desmonta. Era incapaz de escribir. Ahora cada vez que escucho a Suárez te recuerdo. "Hace un año... un año". 
¿Pero por qué te has ido? ¿Y por qué se han ido todos los demás? ¿Por qué ha tenido que irse Sergio contigo? ¿Es que de verdad estaban completos? ¿Es que esa asquerosa teoría la escribió alguien a quien acababan de arrancarle un trozo de corazón, o simplemente estaba en su sofá, tranquila y pausada, con un porro en la mano y reflexionando sobre la vida? 
¿Por qué tenéis que desaparecer? 
No tengo idea. Es que no lo sé. Esta noche solo me hago preguntas que nunca van a tener respuesta.



Cuando ya no pueda más, voy a salir a volar. ¡Voy a buscarte!





Y sin embargo, siempre hay motivos. Siempre hay algún motivo. 

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