21 de agosto de 2018

La de cosas que me gustan I

Cada vez que os tenemos en la ciudad a los dos, me da una alegría tonta que no sé explicar, pero sí sé disfrutar. Tal vez porque tú seas ya a esta alturas esposa, marida, prometida y mujer, o lo mismo porque se cumple uno de esos sueños absurdos que yo tengo de hacer cosas "en pareja", que ya indica otros niveles de vida, de confianza y de evolución en lo que es la pequeña historia de nuestra vida juntas. O tal vez porque me encanta observarte a ti, al otro tú, llevándote bien y disfrutando de la gente que para mí significa tanto y que me hace tan feliz. 

Me gustan ambas cosas, porque me gustáis los dos. Y el tercero también me encanta, no vamos a dejar a la mente brillante que dice cosas como "de bruces-pringsteen" de lado. 

Que me gusta, me gusta que vengáis a vernos y a disfrutar de este tórrido calor, sobrellevado a base de horchata y otras delicias con hielo (a pesar de que yo siga bebiéndome el té tal y como está, a más de cincuenta grados dentro y fuera de la taza). Quiero pensar que estos encuentros sedimentan las bases de lo que será mi futuro de madurez. Un futuro en el que espero que estéis los tres; ustedes dos como la pareja estupenda que son, y tú, el otro tú, como el compañero que siempre has sido. 

Me hizo feliz, qué más puedo añadir. Me hace y me hizo, me hizo y me hace. 

Que estoy muy bien allá donde sopla el viento del norte, pero volver y encontraros donde calienta el viento del sur es igual de maravilloso. 
Os quiero, a los tres. 

Mucho. 

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