15 de agosto de 2018

Anda a mamarla

Te lo dije. 
Te dije que te irías para siempre, que llegaría un momento en que desaparecerías para siempre de su vida y de la nuestra. 
Yo te avisé, pero probablemente no me creíste. 

Y fíjate. Como siempre, como tengo por costumbre y como tiene la vida por costumbre, tengo razón al final. Ya te has ido. Para siempre. 

Adiós, payaso. Espero que te vaya bien, porque no le deseo el mal a nadie, pero que te vaya bien lejos. Lejos de ella, y lejos de nosotros. 

Mi hermano y yo hacemos el baile de la victoria mientras te alejas. 

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