15 de febrero de 2018

Seis puntitos nuevos en la piel

Me resulta extremadamente divertida la diferencia que puede haber entre la imagen que proyectamos hacia fuer y la realidad de nuestras cabezas. Divertida y sorprendente, porque no se parecen en nada la una a la otra, y sin embargo se desprenden de la misma persona. Ayer me vi tirando florete y me dio la risa flojísima, porque hago cosas extrañas con el brazo izquierdo y, en general, parece que no tengo ni idea de lo que estoy haciendo. Sin embargo, juro que cuando estoy vestida y en pista, tengo control de mis acciones. Al menos, un poco. 

Anoche estaba derrotada, pero no me podía dormir, fruto de mis propias inseguridades personales. Algunas de ellas me da hasta vergüenza tenerlas a estas alturas, más cerca de los treinta que de los veinticinco, pero no puedo evitar que sigan viviendo en mi cabeza. Al final, deduje que aceptarlas es la único que puedo hacer para que al final se terminen deshaciendo. Ayer también me di cuenta de que a veces me empeño en ser amiga de quien me da menos bola, y de que puedo llegar a ser una persona francamente despreciable, envidiosa e inconformista, siempre exigiendo. Pero también pensé que no estoy tan mal, que aunque sea lejos tengo personas que me quieren mucho y que, al final, si las cosas no salen bien será porque nunca tuvieron futuro. 

Me voy de viaje, seis o siete horas por delante, a hacer algo que nunca creí hacer y para lo que no creo estar preparada, ni física ni emocionalmente. Bueno, emocionalmente en parte, porque, si lo pienso como lo pesé anoche, no voy a triunfar en el mundo del esgrima ni de repente me voy a convertir en la nueva revelación del equipo. Pero, por otro lado, qué bien se siente el peso de la empuñadura del florete en mi mano derecha. Es una sensación extremadamente dulce para mí. Y quizá no sea más que un número dos constante, pero tengo que esforzarme por celebrar las victorias de aquellos que considero importantes para mí. Y comerme menos la cabeza. 
Si el camino y la carretera duelen, me salvarán Fundación, la tesis, Simurgh y todas las canciones que llevo conmigo en el reproductor. 

Let's go to Sheffield.

No hay comentarios:

Publicar un comentario