Está visto que con cagarse un poco en la madre de algunas personas, sólo mentalmente, esas personas reaparecen en la vida, asomando la cabeza por la rendija de alguna puerta, con una sonrisilla que parece preguntar: "Creo haber escuchado que te cagabas en mi madre, ¿me estabas llamando? No te escuché las otras treinta veces, perdóname."
Agotador por el tiempo de espera, pero si da resultado, ¿qué importa? Todo aparece, más o menos, cuando se necesita.
"Al final de esta era,
cuando no haya Luz..."
(algún día, yo terminaré esta canción, Aro de Plata la cantará y en algún lugar alguien dará un aplauso para confirmar que no soy una vaga)
No hay comentarios:
Publicar un comentario