Y ahora dónde están
las palabras que
desde el corazón
me dijiste una vez.
A veces me pregunto si la cantidad de cosas que me salen por la boca tienen algún tipo de sentido. Que me pongo a hablar y no hay demonio que me calle. Lo mismo estas palabras le vienen bien a alguien. Lo mismo no. Yo qué sé. Yo qué sé ya.
Las conversaciones que he estado teniendo últimamente me han hecho revisitar los últimos diez años de mi vida y afirmé que no cambiaría nada de lo que he vivido. Que los errores que cometí, que los aciertos que celebré, que los pasos que di volvería a darlos, tal y como antes lo hice. Y quizá es porque últimamente tampoco es que esté muy animada, pero recordé de forma mucho más intensa los momentos tristes. Las personas a las que perdí, la locura que gané, las noches que no dormí. Y lo que me dolió la rodilla, por el frío.
Luego me pongo a The Color Morale o a Outlandish (no hay término medio) y se me pasa. Un poco.
Mi cabeza es un caos. Espero que se me pase pronto.
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