Cualquiera que le eche un ojo a mi calendario, tiene una arritmia. Demasiado que no la tenemos nosotros (los dos de mi cabeza y yo).
Bueno, vamos a decir las cosas claras. Mañana vuelvo. Mañana (de mañanísima) salgo de aquí, y estaré allí. No me emociona especialmente pensar en las cuatro semanas que vienen, empezando por deshacer otra vez la maleta para hacerla dentro de una semana e ir básicamente de culo, como acostumbro. No me emociona la casa, no me emociona nada. Pero no conseguirás que le tenga miedo. No voy a dejar que me ganes este pulso, que está solo en mi cabeza. No puedes ganarlo, porque entonces sí que apago y nos vamos a la mierda. Por lo menos, yo.
Me acordaré de este mes y lo veré en mi vídeo de un segundo diario. Me acordaré de Bob cantando conmigo en el coche y de mi Flaco, de mi Marida, de mi familia y de mi perra, de los momentos tan bonitos que hemos compartido. Y me haré fuerte, fuerte como un castillo, como una montaña. Y si tengo que llorar, bueno, lloraremos un poquito pero con la puerta cerrada. Lo importante es que me acuerde de tener esa misma puerta cerrada en mi interior.
Va bien, todo va bien. Me lo pienso repetir cuando se me caliente la lengua y quiera compartir algo. Mas no, mas no. Va bien, todo va bien, me diré, mientas deslizo la mano al bolsillo, saco el teléfono y escribo "oye, necesito hablar".
Vamos a espantar los demonios del semestre pasado, vamos a limpiarnos de telarañas (por Dios, espero que Morgoth siga viva...). Lo haré bien. Lo haremos bien. ¡Ahora tengo a Link para acompañarme en mi aventura!
Prefiero tantas cosas que no están bien vistas preferir.
Y prefiero la falsa cama, si te vi no me acuerdo.
Cosas que tienen que ver, tengo a Kota bailando en mi cabeza eres tonta y eres gilipó desde hace, al menos, dos horas y media.
No hay comentarios:
Publicar un comentario