27 de enero de 2019

Bailaré yo sola, pero a mi ritmo

Why do we pretend we don't care all about the things that we hold so dear?



No sé si es que esto se ha convertido en un diario, pero me parece interesante y necesario tener registro de los primeros días. Así podré mirar atrás y acordarme de cómo fue, valorar si lo hice bien o no, reflexionar un poco más. 

No fue tan mal (lo de los cócteles), y ayer fue más divertido de lo que yo esperaba que fuese. Yo creo que se juntaron varias cosas. Mi propio cansancio físico, el mental, lo poquísimo que me importaban los partidos y que los equipos contra los que tiramos tienen chicas encantadoras que lo hicieron mucho más llevadero. Es un poco triste que Kuh se descompusiera al fina, pero bueno, qué le vamos a hacer. Sabemos que Kuh es... especial. De segunda mano, vaya, pero lo queremos. Y digo "queremos" porque ahora Josh y Lukas también lo quieren. Bueno, y Saena... es que Saena es un tiro. Es una pluma, es un boli, es que va sola. Y yo estoy muy contenta con mi propia actuación ayer, la verdad es que desde que lo he mandado todo a la mierda tiro bastante mejor. Y yo, feliz. Porque Saena es Saena y Kuh es mi tralla, medida y viaje (porque el cabrón sigue sin doblarse, por eso se descompone, me voy a cagar en todo).

Ya tengo mi radiador nuevo, mi champú y mi té, así que todos contentos por ese lado. 

He colgado cosas nuevas en la pared, un par de ellas que me recuerdan las cosas buenas de Mery of the Agonies, las cosas con las que vale la pena que me quede. Y mi cambio de chip parece empezar a surtir efecto, poco a poco. Aunque las conversaciones todavía me resultan un poco artificiales, pero imagino que es cuestión de tiempo. De más tiempo. Tuve una conversación bonita con ella y con Aguilar of the Campoo la noche del viernes. Y en general ayer estuve muy bien con Aguilar. Fue divertido. Y si esto es lo que somos, estoy conforme. 

Estamos bien, en general. Eso parece. Me gusta esto de pensar las cosas antes de decirlas, el preguntar por ti en lugar de hablar de mí, porque lo que tengo en la cabeza es básicamente mío y estamos bien así. Quiero acordarme de esto cuando no entienda bien qué está pasando a mi alrededor. Y cuando recuerde que todavía no domino eso de quedarme callada. 



Cosas que tienen que ver, esta mañana he hablado con Martita, que está en Tokyo, y me ha iluminado la vida entera. La civilización tolteca bajo mi cama ya no existe, por cierto. Es lo que tiene pasar la aspiradora. 


Y aquí voy a parar a tomar un respiro. 
Razones suficientes para hacerle un desplante a mi destino. 
Que todo siga mientras yo miro. 
Que todos bailen y, si me decido, bailaré yo sola, pero a mi ritmo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario