12 de mayo de 2014

¿Dónde estuviste tanto tiempo?

En un mundo desconocido que encierra cosas maravillosas. En un paraíso de misterios que se quedó olvidado en el siglo XIX. Porque en este tiempo los hombres, como predecía Carolinus, ya no precisan de la magia. 
Sin embargo, yo he apartado la maleza espesa del olvido y me he encontrado contigo. Y el cielo se ha iluminado, en una explosión de estrellas disparadas desde el arco de grandes guerreros. Lo han surcado mil pájaros fantásticos, que comandan ejércitos de luces y hacen invencibles a los que creen en ellos. Y en ese paraíso, en ese universo de maravillas, me habéis acogido como a una de vosotros. Y me enseñáis que nada, que nada en absoluto puede borrar la memoria de lo que fuisteis. 
El cielo se ilumina bajo la bóveda de millones de soles espléndidos. 
Y a mí se me caen las lágrimas y moqueo, porque gracias a vosotros puedo estar aquí abajo y verlo.

Amo, del verbo amar, con la mayor pasión, aquello a lo que me dedico.

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