26 de mayo de 2014

Al jorn del Judici

«Nos sacrificamos a Tishtrya, la brillante y gloriosa estrella, cuya ascensión es contemplada por los hombres que viven de los frutos del año, por los jefes de profundo entendimiento; por las bestias salvajes de las montañas, por las bestias domadas que corren por las llanuras; ellos lo ven mientras se eleva sobre los campos para un mal año, o para un buen año, (pensando para ellos mismos), ‘¿Serán las tierras de Arya fértiles?». (Yt. viii, viii, 36)

Y todos te vieron ascender en el cielo, y traer la vida con tu tormenta. 
Si esta gente a la que tengo que enfrentarme pudiera ver lo que ellos vieron. 
Si pudieran ver lo que yo veo.
Tu luz sería de nuevo la más brillante, y no tendrías igual en el firmamento.

No es tu tiempo, Simurgh. Pero no permitiré que te entierren en el olvido.

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