¿Qué hago con vosotros?
¿Os defiendo? ¿O dejo que la opinión de otro os aparte de mi cabeza? No puedo. Os seguiré defendiendo, porque sois mi causa perdida. Hay muchas personas que os admiran, pero echando un ojo a las estadísticas, son más las que os detestan, incluso que os odian, o que no crean que fuisteis "algo". Importante o no, "algo".
Quizá, eso sea lo que más me molesta. Porque el odio o el disgusto aún tienen motivos (o no, en fin, cosas que pasan), pero la ignorancia carece de ellos. El ignorante no conoce, y por eso ignora. Y llega a afirmar cosas, a mi parecer, equivocadas.
El viernes estuve muy, muy cerca de llegar a faltar al respeto por eso, pero afortunadamente sigo siendo racional y no valía la pena. Sin embargo, dentro de mí se encendió el enfado. Porque alguien que se supone con conocimiento, una persona con los medios (y en este caso la obligación) para entenderos, os relegó a un segundo plano, quedándose con lo superficial, para haceros ver como la copia de la copia, obviando lo que en algún momento pudo ser vuestra identidad, vuestra alma o vuestro corazón.
Y eso, lo siento mucho, no debe hacerse con ningún pueblo.
Delante de mí, menos con vosotros.
And what about THEM? I mean... the MUSLIMS.
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