4 de mayo de 2023

Flores de mayo, lluvias de no sé dónde

Estoy escribiendo esto con el portátil, prácticamente en el aire, mientras escucho el debate de posicionamiento de tropas de cierta cosa en la que estamos trabajando. Me lo dicen cuando empecé la tesis y me parto de risa, sinceramente.



He dejado de escribir historias cortas para el Temerario porque, de pronto, perdí el hilo y ya no lo recuperé. O quizá es que nunca me puse a buscarlo, que también es posible. Pero como él es lo más bonito del mundo, me dijo que no pasaba nada y que esto debía ser más un asunto de voluntad y de querencia. Teniendo en cuenta que el mes de mayo es una bendita locura, que yo no sé cómo lo he hecho, recuperaremos en junio la mandanga. 
Lo bonito es que volveré a dar clases, y estoy muy emocionada. Los Aqueménidas siempre son mi go-to, por alguna razón, en lugar de irme a manuscritos y dragones. Ya el año que viene, o dentro de seis meses. Seguro. Total, siendo cursos gratis, que me quiten lo bailao


Hoy me he despertado echando de menos a Martita. Pero mucho, mucho.
Bueno, y a Sombra, pero qué día no me pasa eso. 



Tengo un misterioso pinchazo en el abdomen y el hombro izquierdo hecho mistos.
Lo dejo aquí anotado, por si acaso. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario