Esta conversación tiene bastantes años pero la he encontrado entre mis apuntes de cuarto y me ha hecho mucha ilusión. No recuerdo exactamente qué estaba pasando, pero Nerva estaba arreglando unas cortinas y estaba sujetando los alfileres con la boca.
(Gala) ¿Qué opinas de él? ¿Es un buen chico?
(Nerva) No lo sé. No he hablado nunca con él.
(Gala) Pero si va a tu clase.
(Nerva) Sonrisa suave. Creo que ya has podido observar que no hablo mucho.
(Sultán) Y cuando lo hace, suele ser para meter la pata.
(Gala) Sonrisa velada.
(Nerva) Mirada a Sultán con cierta retranca. De todas maneras, no debería influirte mi opinión sobre ese chico, si la tuviera. Ve, habla con él. Estoy convencido de que si es un imbécil, te darás cuenta.
(Gala) Sonrojándose. Tú... ¿confías tanto en mí?
(Nerva) Por encima de todo. Sonrisa bonita. Eres nuestra salvación. Además... le diste a Sultán con el teléfono. Tu detector de idiotas funciona perfectamente.
(Gala) Sonrisa.
(Nerva) Sonrisa de vuelta.
(Gala) Bueno, pues... me voy. ¡Deseadme suerte!
(Nerva) Pásalo bien.
Gala se marcha.
(Sultán) Negación lenta con la cabeza.
(Nerva) ¿Qué?
(Sultán) A veces me sorprendo de lo tonto que eres.
(Nerva) Cara de incomprensión.
(Sultán) Pero tonto, tonto, ¿eh?
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