9 de mayo de 2017

La cabra


«Mira, fíjate. Aquel pico parece que forme un rostro. ¿Te das cuenta? ¿No lo ves? insisto, a la vez que señalo. Fíjate, esas oquedades son los ojos; un poco juntos. Luego ese saliente es la nariz. Las vetas de la piedra forman lo que parecen unas mejillas arrugadas y caídas. Y el lecho de esa piedra vertical es la boca. ¿Lo ves ahora?
El animal mordisquea sus hierbas y sigue con la misma cara. Me dejo caer sobre las manos, apoyadas en el cayado. Ahora le estoy hablando a una cabra. Definitivamente, me he vuelto loco.»



Eres lo mejor que me ha pasado, Buru. 
Y después de tanto tiempo, por fin siento que puedo volver a ti. Gracias por esperarme. 

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