Eres muy puta, y eres muy mala. Qué puta y qué mala. Eres una de las peores personas que en la vida he tenido la desgracia de cruzarme. Qué puta, qué puta y qué mala. Puta y mala. No solo he soportado varios meses bajo la goma de tu bota, sino que encima te apareces como un fantasma de humo en el horizonte, en mi horizonte, amenazando con tu sonrisa de dientes sin arreglar y tu gilipollismo.
Qué puta y qué mala.
Pero no te vas a quedar con la gloria. No, no. Porque nosotras sabemos lo que hay detrás de tus cortinas de colores y de las mil y una estupideces que organizas a lo largo del año. Sabemos que detrás de los colorines no hay nada. Nada en absoluto. Sabemos que el funcionamiento interno es un desastre, que nadie te da bola con tus teorías absurdas, que hemos pasado meses haciendo malabares con absolutamente nada. Porque no hay nada dentro, nada. Solo hay cristales que reflejan una luz de fuera.
Estás engañando a todo el mundo, y empiezas a pagar las consecuencias. Eso te pasa por puta y por mala. Por habernos oprimido, por habernos amenazado con el oblivion en caso de que tuviéramos que salir corriendo, nos has hecho creer que te debíamos la vida entera y que poco más que teníamos que besar el suelo que pisabas por habernos recogido a nosotras, a dos pobres desgraciadas que no tenían dónde caerse muertas, porque nadie nos quiere, nadie nos querrá nunca. Te pasa por puta, y te pasa por mala. Por retorcida y por mentirosa. Por jugar conmigo, por hacerme creer que no valía nada y que era vaga, maltrabaja y aprovechada.
Puta. Qué puta y qué mala.
Pero se acabó. No vas a joder mi futuro. No te voy a permitir que te interpongas entre mi destino, mi pájara preciosa y yo. Por encima de mi cadáver. He estado un año entero cubierta bajo sus alas, escapándome cuando podía, y ahora que por fin puedo correr a su lado, tú no me vas a joder. No voy a dejar que seas nada más que una mancha borrosa en el camino, un episodio de mi vida que intentó asfixiarme y no lo consiguió. Porque yo soy mucho más fuerte. Porque soy de hierro, porque soy de viento y porque por dentro estoy ardiendo de rabia, de energía y de poder. Porque tu humillación y tus cuchilladas no han hecho sangre en una piel que ya era de cuero.
Me vas a devolver todas y cada una de las noches que pasé sin dormir por tu culpa. Me las vas a devolver cuando tenga las alas todavía más grandes y más bonitas, cuando desde lo más alto del cielo mire hacia abajo y me enorgullezca de que tu puterío y tu maldad no consiguieron derrumbarme.
Qué puta y qué mala eres. Me das asco. Me das lástima. Pero no te compadezco. Atragántate con todas y cada una de las tempestades que vas a recoger después de ir así por la vida, humillando, haciendo daño, minando a la gente.
Pero conmigo no puedes. No, no. Conmigo no pudiste, conmigo no vas a poder.
Y con ella tampoco.
Tranquila, Hache. Ya verás como de esto nos estamos riendo en dos meses. Que sí, te doy mi palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario