24 de noviembre de 2016

Tengo veintiséis

Por derecho tengo el lado bueno de tu espalda.
Suelo estar desafinada entre la gente. 
Viajo más de lo que debo. Me emborracho fácilmente. 

Por favor, aún no te vistas. No te vayas.

Por amor dejé a mi hermano durante unos años. 
Por la infancia sé lo que es felicidad. 
Una noche vi una luna que brillaba, y bailamos en secreto sobre el mar.

Tengo veintiséis. Soy feliz así.
Tengo grandes amigos, un hermano, mucha imaginación.
No sé qué decir. Creo que creo en Dios.
Dentro de mi pecho caben tantas historias, aún están por escribir. 

Por los libros que sostuve, me mantengo. 
Llevo con la voz un acento del sur.
He llorado con un beso no robado. 
Por leer junto a mi padre soy verdad.

En esta vida vi salir del agua una tortuga.
Descubrí dioses magníficos, un ave oscura. 
Seguí escribiendo. 

Fui con la maleta hasta Londres. Eché de menos a mis padres. Eché de más algunos kilos.

Viví. Feliz. 

Mis historias han viajado más que yo. Han tocado más corazones que yo. Vivirán cuando yo no.
Nunca me ha faltado nada el amor. 
Fue mi casa y mi colchón una fortaleza roja.

He aprendido a perder. 
He visto volcanes en Antigua. He visto indígenas en cola. He visto unos muros arder. 

Me alejé sin querer. 
Me he visto muerta en una habitación. Por la corriente arrastrada sin saberlo y me alejé.

He visto como al llover siempre detrás el sol se esconde.
Sobre mi espalda he visto plumas, porque nací para volar. 

He oído cantar a mi madre cuando aún yo no podía. 

Tengo veintiséis. Soy feliz así.
Tengo grandes amigos, un hermano, mucha imaginación.
No sé qué decir. Creo que creo en Dios.
Dentro de mi pecho caben tantas historias, aún están por escribir. 

Tengo veintiséis años. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario