Seis años a quemarropa. Seis años queriendo querernos mucho más y mucho más fuerte que antes, contra todo lo que se pusiese por delante. Este año nos ha puesto a prueba a los dos, nos ha golpeado y nos ha hecho tener un poco más de miedo, nos ha hecho llegar al extremo del agotamiento y ha amenazado con aplastarnos, pero hemos salido airosos con ayuda del otro. Pensaba que yo había sido la única que se había apoyado en ti para sacar la cabeza y respirar, pero resulta que no. Que he podido devolverte toda la fuerza brindada, transformada en otras cosas. Como decía esa canción, nada se pierde y todo se transforma.
Ha sido un año duro, pero quiero pedirte, de nuevo con citación musical, otro año más sin darme cuenta. Porque nos siento mayores y capaces, con objetivos diferentes que hace algunos años, pero con la misma intención de seguir juntos y enfrentando aquellos retos que se nos pongan por delante. La dureza nos ha esculpido, esculpir es quitar lo que sobra a la fuerza. Si tú caminas conmigo, probablemente pueda seguir aprendiendo de ti y tú de mí, podremos atizar las llamas de nuestras virtudes y extinguir los fuegos de nuestros defectos. Es posible que consigamos superar aquellas asignaturas pendientes que tenemos con la vida y con los mundos que respectivamente nos rodean. Incluso podríamos tener un perro.
Todo está escrito en nuestra lista de deseos, la que miramos todas las mañanas al despertar y la que no perdemos de vista porque, al final, la vida es una carrera de fondo y no un sprint. Menos mal que tú tienes paciencia y yo soy perseverante. Creo que seguimos complementándonos bien.
Estos días que hemos pasado juntos nos hemos dicho de muchas maneras todo lo que sentíamos y todo lo que pensábamos. Y todo ha estado bien. Todo se ha detenido durante tres días para regalarnos el tiempo, ese del que tenemos tan poco y que atesoramos como la más preciada de nuestras posesiones. Gracias por estos días, y gracias por demostrarme tantas cosas (últimamente más que nunca).
Seguimos hacia delante. Por los sueños que nos quedan, por los sueños que vendrán, por ti, por mí.
Ha sido un año duro, pero quiero pedirte, de nuevo con citación musical, otro año más sin darme cuenta. Porque nos siento mayores y capaces, con objetivos diferentes que hace algunos años, pero con la misma intención de seguir juntos y enfrentando aquellos retos que se nos pongan por delante. La dureza nos ha esculpido, esculpir es quitar lo que sobra a la fuerza. Si tú caminas conmigo, probablemente pueda seguir aprendiendo de ti y tú de mí, podremos atizar las llamas de nuestras virtudes y extinguir los fuegos de nuestros defectos. Es posible que consigamos superar aquellas asignaturas pendientes que tenemos con la vida y con los mundos que respectivamente nos rodean. Incluso podríamos tener un perro.
Todo está escrito en nuestra lista de deseos, la que miramos todas las mañanas al despertar y la que no perdemos de vista porque, al final, la vida es una carrera de fondo y no un sprint. Menos mal que tú tienes paciencia y yo soy perseverante. Creo que seguimos complementándonos bien.
Estos días que hemos pasado juntos nos hemos dicho de muchas maneras todo lo que sentíamos y todo lo que pensábamos. Y todo ha estado bien. Todo se ha detenido durante tres días para regalarnos el tiempo, ese del que tenemos tan poco y que atesoramos como la más preciada de nuestras posesiones. Gracias por estos días, y gracias por demostrarme tantas cosas (últimamente más que nunca).
Seguimos hacia delante. Por los sueños que nos quedan, por los sueños que vendrán, por ti, por mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario