10 de enero de 2016

From Buru to Humbaba

No hago otra que pensar en ti y en tus ojillos negros.

Yo llamé y nadie acudió, y sentía tal temor en mi soledad interior, que corriendo me escondí. Lo cierto es que ahora tú estás aquí. Un buen amigo tendré en ti. 
Al que esperaba eras tú, ayúdame. Por suerte, ahora ya lo sé.
Con tormenta y con lluvia, en el monte o en el llano. Fuerte me siento junto a ti. Tú me ayudas a seguir. Tú me guías, yo te sigo. No me escondo nunca más.
Y somos más que tú y yo. Lo mejor que hubo en los dos.

Sí. Lo mejor que hubo en los dos. 

No sé si esto lo escribiré tal cual, pero me resulta hermoso imaginar cómo se querían. A su manera y no como queremos ahora. Pero era amor. De aquel tan verdadero como la vida y la muerte que Buru y Humbaba representan. 

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