Más vale que empecemos a correr. ¿Y qué importa dónde vayamos?
¡Y que estaba loca, y que estaba ciega!
Pero nunca dirás que me quedé atrás.
Noches, auroras, luces frente a mí. ¿Y qué importa dónde vayamos?
¡Y que estaba loca, y que estaba ciega!
Pero nunca dirás que no lo intenté.
¡Y que estaba loca, y que estaba ciega!
¡Nunca dirás que me conformé!
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