31 de agosto de 2013

La tierra de las calaveras azules

Quiérelos por lo que son, y no intentes cambiar aquello que los hace especiales y únicos.
No esperes que te den nada, y cuando algo te regalen, sabrá mil veces mejor.
Respeta sus acciones igual que ellos respetan las tuyas.
No pidas explicaciones; si han de venir, vendrán.
Aprende. Aprende con quién puedes contar para qué tipo de cosas, y no te entristezcas cuando alguno no aparezca.
No les reproches.
Depura tu alma para generar amor en lugar de odio. 
Ríete. Mucho.
Por cada persona que te falle, cuenta una que permaneció a tu lado.
Diles que los quieres.
No fuerces nada, deja que todo fluya.
Sé natural. 
Cada vez que una persona te decepcione, recuerda el momento en que te ayudó a levantar la cabeza y te hizo feliz. Así que no se lo tengas en cuenta.
Aparta aquello que duela y abraza aquello que enriquezca.

Vive con ellos, porque al final todo es cuestión de acompañarse.





Cosas que tienen que ver, si nunca he usado una diadema, era de esperar que preguntase cómo era que ese elemento demoníaco se ponía en la cabeza.

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