27 de agosto de 2013

Fearless

He creído ver en los demás una esencia que, en realidad, no existía. Quizá porque estaba tan empeñada en compartir la que yo tenía dentro, que me empeñé en avistarla en otros corazones, en otros ojos. La mirada, que une. Quizá esto no lo haya dicho Lao Tsé, pero qué gran verdad la de que no somos capaces de ver lo que andamos buscando, aunque lo tengamos delante. Mamma Oddie decía "estáis ciegos, no veis lo que necesitáis". 
Yo, como Huo Yuan Jia, estaba totalmente desorientada hasta que fui a dar con tu pradera. Y me di cuenta de que siempre habías estado ahí. Sentado y esperando, practicando bajo las estrellas, y parándote a escuchar la música del viento en las hojas. Viendo más allá. 
Eres capaz de ver, de sentir, de llorar más allá. Empecé a intuirlo, y al principio creí que se trataba de una broma, de una casualidad, de algo que simplemente no podía ser. Pero fue. Lo que en principio eran aficiones se convirtieron en maneras de definirnos a nosotros mismos, de compartirnos, de entendernos. 

Siempre has estado ahí. Dices que no eres humilde, pero yo no lo creo. Eres una de las personas más humildes y sencillas que conozco, y quizá por eso el Tao te esté recompensando con todos tus logros. Los mereces. Esos, y todos los que vendrán. Sé que serás un Maestro brillante y que, como me enseñas a mí, enseñarás a centenares de alumnos. Porque tus ojos son capaces de ver más allá en este mundo que nos rodea, y llegar a comprender que somos parte de este universo, que hemos dejado nuestra huella en este preciso instante. 
Gracias. Es lo más simple que puedo decir, y al mismo tiempo lo más complejo. Tuviste una visión, y quiero repetirla. Dejarla escrita para encontrarla siempre que revise esto: Tú y yo, a la izquierda de cada uno, con los brazos extendidos, para abrazar y proteger. Debajo de nosotros, el resto del mundo. Nosotros, cada uno con su luz, la tuya azul y la mía amarilla. Y mirándonos, porque la mirada es lo que conecta. Quiero imaginarnos sonriendo. Sin miedo. Fearless

Había que crear un símbolo, una letra que lo describiera, y de tu hombre de madera me reservaste un pedazo. Le pusiste las tres esencias de una persona para ser inmortal: el aliento, el espíritu y la sangre. Me he sentido pequeña al recibir algo tan grande y tan importante. Nunca pensé que hubiera otra persona capaz de llegar hasta ahí conmigo. Y estás tú. Están los demás, y luego estás tú. Practicando bajo las estrellas. Hasta el momento ha sido nuestro; estaba nublado, tronaba por allá y llovía. Y por alguna parte sonaba Dragon's Breath
Gracias por compartirte y por dejar que yo lo hiciera. 
Porque me divierto con muchas personas, pero contigo puedo ser yo, cien por cien, sin máscaras y con los ojos apuntando al horizonte. Prometo devolverte el regalo tan magnífico que me has hecho, que no es ese pedazo de madera, sino todo lo que significa. El "más allá". 

Volveré. Claro que volveré. Y cuando lo haga, sé a quién tengo que acudir. 

Son pocas palabras, y tengo millones más que escribirte. Pero como te dije una vez, las cosas que se construyen despacio son las que perduran, así que ya vendrán. 



We must be swift as a coursing river. With all the force of a great typhoon. And with the strength of the raging fire. Mysterious as the dark side of the moon.

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