Gracias a todas las maravillosas gines y enfermeras que se quedaron conmigo ayer para decirme cosas bonitas. Para ser mi primera visita a urgencias, la verdad es que fue todo un cuadro. Ahora que ya todo está bien, hasta me puedo reír de la situación, pero reconozco que el viaje en coche hasta allá fue terrible.
Muchas gracias otra vez por entender que los pacientes somos también seres humanos, que hay algunas personas a las que se les olvida.
Menuda locura de tres días. Pero al final, todo saldrá bien. Seguro.
Qué privilegio tener a la gente que tenemos cerca y dispuesta a ayudarnos cuando lo necesitamos.
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