31 de agosto de 2024

El pico de la Caca (y otras cumbres conquistadas)

No nos habíamos dado cuenta de que hacía años (en plural, qué terrible) que no íbamos a la montaña los tres juntos. Como antes, como siempre. Y fue poner un pie en el norte (el otro, no en el que regularmente vivo) y percatarme de todo lo que lo echaba de menos. De lo mucho que necesitaba el frío, las montañas inmensas, la piedra abrasada por la nieve, el viento y el sol... y a vosotros completando la fotografía.

Hemos sido grandes aventureros, tanto que hasta hemos conquistado y bautizado el Pico de la Caca, porque vaya tela, después de visitar unos búnkeres que "total, esto está al lado". Me cago en la leche, al lado. Al lado de la cumbre, la madre que me trajo. Hemos encontrado arándanos y frambuesas salvajes, cosa que nunca había visto (y nos los hemos comido, vaya), y nos hemos "perdido" sin perdernos realmente subiendo a unos lagos que nos costó tanto encontrar en el mapa como en la ruta. Por supuesto, nos hemos metido en el agua, hemos comido bocadillos riquísimos y hemos contemplado la inmensidad de un mar de nubes desde lo alto de una cumbre. La niebla ha descendido mientras lo hacíamos nosotros y hemos dejado un manolito al borde del acantilado; no para que nadie se tire, hombre, sino para que se sienten a admirar las vistas que a nosotros nos dejaron anonadados.

Cómo me gusta compartir con vosotros, aunque no siempre estemos de acuerdo. Cómo me ha gustado pasar estos días en vuestra compañía, aunque Kaka nos haya hecho ver Hot Shots y Baba se haya dormido a mitad de Encanto. Hay que pagar un precio, qué le vamos a hacer. 

Ah, y que no se nos olvide que "arranqué la puerta de una nevera", Baba la puso en su sitio y que, encima de todo, nos invitaron a cenar. Porque la vida es así de graciosa, aunque a veces en las crisis parezca que todo va ir tremendamente mal y se llore en la parte de atrás de un coche. 

14 de agosto de 2024

El dinero y los c*jones

Gracias a todas las maravillosas gines y enfermeras que se quedaron conmigo ayer para decirme cosas bonitas. Para ser mi primera visita a urgencias, la verdad es que fue todo un cuadro. Ahora que ya todo está bien, hasta me puedo reír de la situación, pero reconozco que el viaje en coche hasta allá fue terrible. 
Muchas gracias otra vez por entender que los pacientes somos también seres humanos, que hay algunas personas a las que se les olvida. 


Menuda locura de tres días. Pero al final, todo saldrá bien. Seguro.
Qué privilegio tener a la gente que tenemos cerca y dispuesta a ayudarnos cuando lo necesitamos. 

11 de agosto de 2024

El horno

Ahora te contesto, que he puesto el pie en Ribadavia y se me han derretido las putas pestañas. En cuanto consiga abrir los ojos, leo tus mensajes, te lo prometo.

Marianini, por el amor de God, tenemos que hacer algo que se llame "O bailarín, o morisco". 

7 de agosto de 2024

Acróbata

Tenías que estar haciendo el pino, por supuesto. No iban a ser las cosas tan sencillas como yo hubiera querido. Pero, pese a todo, Ángelus tenía razón. La forma incómoda de hacer las cosas hace que valgan mucho, mucho más la pena. Tu corazón y el mío no laten al unísono, pero laten juntos. 

Aún, lo confieso, no me lo puedo creer.



And in the naked light, I saw ten thousand people, maybe more.



Unas vidas que llegan, por otras que se marchan. Hoy ha sido un día maravilloso... pero con sus contrastes. Le he vuelto a ver los ojos al jinn negro que se instala de vez en cuando en la esquina del salón, y he sentido cómo sus dedos se cierran alrededor de mi hombro, ejerciendo una presión que no es dolorosa, pero resulta imposible ignorarla. 
Lo siento muchísimo, Apátrida. Muchísimo. Dentro de unos días, estaré contigo y nos abrazaremos los cuatro. Los cinco, que Lu también viene. Los seis. Los que haga falta. 
Te quiero muchísimo. 

3 de agosto de 2024

Y una lloró, y la otra lloró, y al otro le dio la risa

El corazón me late fortísimo en el pecho cuando tengo que dar la mejor noticia de nuestra vida. Es como si el tiempo se ralentizase y, de repente, todo pasa muy despacio, cada segundo entre que las palabras salen de mi boca, son recibidas y, finalmente, procesadas. Y entonces vienen las reacciones. Las ha habido de todo tipo: hemos tenido gritos, parálisis por shock, lloros de felicidad, sonrisas muy grandes, abrazos...

Cuando nos dijeron que desde aquí todo serían alegrías (con una bolsa de sal, pero bueno, la emoción del momento) no se equivocaban ni lo más mínimo. Ya eres lo más querido de este mundo, y esto solo acaba de empezar. Qué ganas tengo de verte este miércoles. Te adelanto que, otra vez, voy a llorar como una magdalena porque que estés aquí es tan, tan importante que no sé ni siquiera explicártelo. 



Lavender's blue, dilly-dilly, lavender's green.
When I am king, dilly-dilly, you shall be queen.