12 de abril de 2022

Baha-Baha... o sube

I climb higher and higher.
I climb till the entire sun shines on my face!


Tengo tanta comida en el cuerpo que voy a explotar, pero vive ningún dios que estoy feliz porque si hay algo que me gusta en esta vida es comer. Qué maravilla empezar a salir de nuevo, volver a la normalidad, a las terrazas, a comer, a mojarse porque pues esto es Galicia, y a reírse como me hacía falta reírme. Era eso o asesinar a alguien, pero la terapia dando berridos en Port Aventura y luego estos días estupendos recomponen a cualquiera. Incluida yo. 

Me gusta que cuando volvamos a casa con el coche nos sigamos maravillando del lugar tan precioso donde ahora vivimos. Señalar por la ventana el mar, el bosque, las nubes y decir "ahora vivimos aquí". Si pienso en mi vida anterior, en nuestra vida anterior, parece un sueño o, como a veces la calificamos, "otra vida". Ayer hablando con the Angry Marshmallow recordábamos lo fácil que nos era caminar hasta donde estaba la otra: el edificio contiguo en la residencia, el final del pasillo en nuestro piso, el final de la calle en el último año. Y cómo era tan natural simplemente verse, cómo podíamos organizar sin organizar, vernos de forma espontánea, que ahora se nos hace extraño tener que llamarnos para contarnos qué tal ha sido el último mes. 
Por una parte, qué bonito haber tenido esa rutina. Por otra, qué pena que ahora vivamos en países diferentes y con políticas, digamos, no exactamente acordes. 

Sé que volveremos a juntarnos pronto. 

Mi ahijado Yun me preguntaba si yo era nostálgica, y a veces sí, a veces no. A veces me da pena pensar en cosas que se han ido, como mi maravillosa rutina en Irán y tener a Raúl pegado a mí todos los días. Otras veces me da muchísima risa pensar en cosas que hacía antes y que ya no hago, como hacer que Carles me pasase a buscar con el coche para ir a tomar un café antes de clase... cuando yo vivía en frente de la universidad. La tontería, en fin. 

Ahora hay nuevas rutinas, soy una abubilla hueca y hace una semana me estaban pegando orejas de elfa porque me tocaba disfrazarme de Bruta. O de elfa a la que habían arrastrado por los tojos, ja-ja. Graciosísimo. Ahora conduzco de nuevo y mis mañanas son una mezcla de Dear Evan Hansen, canciones guturales y una cover genial de Stacy's Dad. Ahora he vuelto a escribir, ¡hasta en inglés! Y he vuelto a leer, y tengo una jarra de vidrio que puedo llenar de limones... Y tenemos a Elenita en nuestra vida, maldita sea. Es que siempre tienes que ser tú. 


Meet me where the sky greets the sea. 


Cosas que tienen que ver, estamos viendo Rage of Bahamut (yo por cuarta vez) y qué maravilla todo. Pero especialmente Azazel y Favaro, por supuestísimo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario