"Cómo se nota de dónde vienes... El abuelo tiene que estar muy orgulloso."
Mañana se anuncia mi primer libro y no sé exactamente cómo me encuentro. Estoy bien, claro que estoy bien. Estoy emocionada y de hecho me he pasado un buen rato de la mañana llorando. Porque ver la Montaña en la portada, en el marcapáginas, en la lámina... esa Montaña que desprende luz... es verle a él. Es ver a mi abuelo en cada una de las esquinas del libro.
Y eso es, para mí, lo más importante.
También estoy nerviosa. Nerviosa por la recepción que vaya a tener, por los temas que toco... Ahora la gente va a tener opiniones sobre algo que he escrito, y mis propios miedos sobre lo polémico del tema se hacen un poco más fuertes. También tengo la esperanza de cambiar la percepción de las personas con respecto a algunos temas. Estoy feliz, asustada, nerviosa, emocionada. No termino de creer que de verdad haya escrito un libro y que vaya a publicarse. El primero de varios, por cierto, cosa que tampoco termino de asumir.
Mi editor me ha dicho que en la editorial han alucinado con el libro. Que nunca habían visto algo así, ni que se les hubiese ocurrido que fuese posible. Yo les vuelvo a dar las gracias por haberme dejado escribir exactamente el libro que yo quería, sin cambiar un apartado o un epígrafe. Por la libertad de recorrer el Camino tal y como quería hacerlo. Gracias, de verdad. Ya estamos maquinando el siguiente, me maten.
Esa frase de mi tío ha detonado la bomba lacrimógena en mi interior. Hasta Bob se ha emocionado conmigo, y entonces yo he llorado más. Ojalá hubieras podido tener esto en las manos, abuelo, pero llego casi diez años tarde. Perdóname, siempre he sido una persona un poco... bueno, tú ya sabes cómo soy.
C'est pour cela que je suis née.
Gracias a quien haya decidido poner a mi abuelo en la portada. Porque cada vez que mire el libro, recordaré que en la espiritualidad que yo misma he creado, sé que está en la cima de esa Montaña, con la túnica blanca, esperándome.
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