31 de octubre de 2019

می خواهم بگویم

La ilusión que me hace escribir estos títulos, pero escribirlos de verdad, sin usar el traductor ni mierdas, no la sabe nadie. Nadie. Solo la sandía de la fuente, o el filete cortado en forma de trucha. 


Hoy era el último día de Cami en Tehran y me he enterado a la hora de comer. Se me ha quedado la cara un poco torcida, porque pensaba que le quedaban al menos otros dos días aquí, pero ha tenido que marcharse por problemas que no podemos comentar, de los que no podemos hablar, porque entonces nos meteríamos nosotras en algún apuro más grande. Qué terrible es el miedo, y qué triste es ver cómo pagan sus deudas aquellos que menos lo merecen. 


El caso es que, viniendo en el Snapp, se me había ocurrido escribir algo más hoy porque me he acordado de algo, de algo que no conté ayer y que ahora mismo no soy capaz de recordar. Yadam raft
Y el caso es que he abierto YouTube y he visto que hace tres días salió el piloto de Hazbin Hotel y yo aquí, con estos pelos. Quiero ser Alastor, me lo pido para siempre, por favor, por el poder de la Virgen en Docharkhe. 



En serio, cagontó, ¿qué era lo que yo quería contar?



Da igual, porque Hollywood Undead ha sacado una canción nueva y, gracias a Satanás en su trono infernal, vuelve a sonar como aquello que yo tanto echaba de menos.

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