La competencia brasilera de Uber de cuyo nombre no me acuerdo, el primer avión, un remis, el segundo avión, dos películas y un sueño en vertical, un sueño en horizontal, siete horas en un aeropuerto, una llamada de teléfono, dos horas de escritura ininterrumpida, el tercer avión, un tranvía, un tren lleno hasta la bandera, un taxi y la puerta de casa.
Y lo volvería a hacer, un millón de veces.
Eso es lo que me ha costado viajar de una punta de otra del mundo, dejando atrás la que ha sido una de las semanas más hermosas de mi vida. Con casi veinticuatro horas de viaje a la espalda y las piernas machacadas, he vuelto a la que ahora es mi casa.
Y creo que me alegro de volver, pero prefiero esperar y mantener la calma que hasta ahora he tenido y no sacar conclusiones precipitadas. Se tiene que notar que estoy aprendiendo.
A ver si termina la lavadora, tiendo y me voy a dormir para un buen rato.
Cosas que tienen que ver, acaba de salir Psalms de Hollywood Undead y no es tan horrible como sonaba en el trailer que compartieron en Facebook. Y menos mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario