No lo he dicho, pero teniendo en cuenta que lo de Huma no salió bien y que todavía estoy esperando que el resto del mundo termine PK, gracias a Beth se me ocurrió rescatar del olvido a Gala, Nerva y Sultán y, oye, de repente todo tiene sentido. Igual la clave es dejar que las historias maceren durante ocho o nueve años y, después, encontrar una persona magnífica como Lúthien para que te motive lo suficiente para escribirla. Porque, en realidad, ese fue el primer contacto con mi motor y esta historia. Solo quiero escribirla para pagarle a una traductora que convierta mi castellano en inglés y, entonces, poder dejarle a mi futura compañera de piso la que puede ser una de mis pocas novelas acabadas.
De momento, va todo bien. Hay motivación, hay argumento y hay fangirleo que te cagas con canciones en francés, porque ahora de repente Gala habla francés. Y Sultán sigue tan sassy como siempre. Y estoy contenta.
Yo tenía la sensación de que esto ya lo había escrito, pero me he pasado por el blog y resulta que no. Se me está empezando a ir la cabeza.
Donne-moi le chemin, je le suivrai.
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