27 de junio de 2016

Everlasting

"Sabes que nunca has sido solo mi Juez. Pero si es así como quieres que te vea a partir de ahora... lo haré." 

Y el carnero cargó contra la montaña miles de veces, hasta sangrarle la frente, mientras en la otra parte del mundo, lloraba una diosa. Y al levantarse el polvo del derrumbe provocado, no se vio al carnero, ni al caballo, ni al toro, ni al cuervo. Solo al espíritu de forma humana, con el rostro manchado de tierra, lágrimas y sangre. 

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